La celebración de los 15 años de la hija del empresario Daril Blanches en Sagua la Grande, Villa Clara, ha causado revuelo en la comunidad y en redes sociales. La fastuosa fiesta contó con dos grupos musicales y la presencia del joven cantante urbano Brayan Ramos, favorito de la cumpleañera.
Según testigos, el evento se extendió hasta las 6:00 de la mañana, mientras en gran parte del pueblo los apagones diarios superan las 20 horas.
La opulencia del festejo, con iluminación, seguridad privada y rifas de motorinas, contrasta con la realidad de los habitantes comunes de Sagua, que enfrentan falta de servicios básicos y nula protección ciudadana. Los tickets de mesas y rifas estaban reservados para funcionarios locales, lo que levantó cuestionamientos sobre privilegios y favoritismos hacia ciertos empresarios vinculados al poder.
Vecinos y usuarios en redes denuncian irregularidades en la obtención de permisos y en la vigilancia policial, señalando una evidente diferencia entre el tratamiento a los ciudadanos comunes y a los empresarios con conexiones políticas. Algunos rumores apuntan incluso al presunto desvío de cinco millones de pesos, con la supuesta complicidad de autoridades locales, aunque estas afirmaciones aún no han sido comprobadas oficialmente.
Este tipo de eventos evidencia el poder y la influencia de los nuevos ricos dentro del sistema local, donde ostentar riqueza y relaciones cercanas a la administración parece garantizar ventajas y protección especial. Mientras tanto, la población enfrenta apagones, falta de recursos y una sensación de desamparo ante la impunidad de los más favorecidos.
La polémica también pone sobre la mesa un debate más amplio sobre justicia, desigualdad y transparencia en la gestión local. ¿Hasta qué punto las conexiones políticas permiten a algunos ciudadanos gozar de privilegios mientras la mayoría lucha por necesidades básicas? Esta pregunta se mantiene sin respuesta, generando indignación y críticas entre vecinos y usuarios de redes sociales.
En Sagua la Grande, mientras la luz, la música y la extravagancia brillaban en el hogar de Blanches, muchas familias continuaban con sus rutinas afectadas por los apagones, recordando la brecha que persiste entre unos pocos privilegiados y la mayoría de la población.
La historia de esta fiesta millonaria sigue dando de qué hablar y se ha convertido en un símbolo de la desigualdad y los vínculos cuestionables entre empresarios y autoridades locales.
Fuente: La Tijera