La activista Elena Larrinaga de Luis ha compartido un sensible hecho ocurrido el 29 de marzo, en la provincia de Holguín.
El hecho habría ocurrido específicamente en el municipio de Mayarí, en la localidad de Guaro, un joven de 25 años de edad terminó con su vida en un momento de desesperación.
Jorge Cachón Martínez, como identifican al fallecido, se ‘ahorcó’ ante la imposibilidad de pagar una enorme multa que le fue colocada por vender alimentos.
“Este muchacho, con otro amigo, vendía Viandas en una Carretilla, pero como sabemos, esta actividad es ilegal, como todo en Cuba. El Represor conocido con el nombre de Gongora, le impuso una multa de $ 5000.00, cuando vendía plátanos en la calle. La multa y el decomiso (robo) de los plátanos”, advierte la denuncia de otra activista cubana, Teresa Miranda.
Para Miranda “este joven se vio acorralado, en medio del hambre y la vida de perros que estamos llevando, y no vio otra salida , que la de quitarse la vida. Era huérfano de madre y padre”.
La presión de las autoridades, puede llevar a las personas a situaciones límite. El gobierno ha establecido una opción aparentemente legal para recaudar grandes sumas de dinero.
El Decreto-Ley 30 establece multas por el cielo ‘de entre cinco mil y 15 mil pesos por violaciones de tarifas y precios’ o si es encontrado trabajando sin licencia un vendedor privado.
Desgraciadamente este muchacho no tuvo el apoyo, como en otras ocasiones ha sucedido, del pueblo para evitar semejante acto.
En Holguín, a principios del mes de marzo la población impidió una injusticia similar que habría terminado en desenlace fatal.
Varios vecinos se unieron para impedir que inspectores estatales decomisaran la mercancía de un vendedor ambulante que, de esa forma, consigue el sustento para su familia.
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