Un voraz incendio arrasó en la madrugada de este domingo el popular Bar “El Rubio”, antes conocido como “El Refugio”, y destruyó además dos viviendas contiguas en la céntrica esquina de Meneses, en el municipio de Yaguajay, Sancti Spíritus.
El siniestro, que se expandió con gran rapidez, dejó a varias familias en la calle y mantiene conmocionado a todo el pueblo. Según los testimonios recogidos por este medio, el fuego pudo haberse originado por una cocina que quedó encendida durante un apagón eléctrico, aunque también se manejan versiones de un cortocircuito dentro del local e incluso rumores de un “ajuste de cuentas”.
Lo cierto es que, hasta ahora, no se ha precisado de manera oficial el motivo exacto del incendio.
Vecinos denuncian que los bomberos demoraron casi media hora en llegar y, al presentarse, carecían de suficiente agua para enfrentar las llamas, teniendo que retirarse a buscar más.
Ese retraso permitió que el fuego se propagara y aumentara el nivel de destrucción.
La desesperación se apoderó de las familias afectadas: un hombre tuvo que subir al techo de su vivienda con cubos de agua para impedir que las llamas alcanzaran su casa. Otros vecinos organizaron cadenas humanas improvisadas para intentar contener el desastre, mientras el calor y el humo invadían la manzana.
El saldo preliminar es devastador: el bar quedó reducido a escombros, dos casas resultaron totalmente destruidas y otra presenta daños parciales.
Aunque no se reportan pérdidas humanas, los daños materiales son cuantiosos y varias familias se encuentran sin un techo donde vivir.
Especialistas consultados apuntan a varias causas: la precariedad del sistema eléctrico nacional, los constantes apagones que obligan a la población a improvisar con velas, cocinas y generadores; las instalaciones viejas sin mantenimiento; además de la falta de respuesta rápida de los cuerpos de emergencia. Todo esto crea un terreno fértil para que cualquier chispa se convierta en tragedia.
Las autoridades y la población deben extremar las medidas de precaución:
No dejar cocinas ni velas encendidas durante un apagón.
Revisar el estado de las instalaciones eléctricas en los hogares y comercios.
Contar con extintores o baldes de agua accesibles en cada vivienda.
Exigir que los bomberos tengan recursos y capacidad de respuesta inmediata.
El incendio del Bar del Rubio no es un hecho aislado, sino un reflejo de una situación generalizada en Cuba: precariedad, desidia institucional y familias indefensas frente a una realidad cada vez más peligrosa.
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