Este sábado 20 de septiembre de 2025, el mercado informal de divisas en Cuba ha iniciado la jornada con una inusual estabilidad, tras una semana marcada por movimientos intensos, especialmente en el comportamiento del euro y la Moneda Libremente Convertible (MLC).
Las principales tasas de cambio se mantienen sin variaciones respecto al viernes: el dólar estadounidense continúa en 420 pesos cubanos, el euro conserva su récord de 480 CUP y la MLC se mantiene en 210 CUP.
La calma de hoy contrasta con la volatilidad registrada en días anteriores. El euro ha sido el gran protagonista del mercado esta semana, tras un ascenso sostenido que culminó el jueves con su consolidación como la divisa más cara del mercado paralelo cubano.
Con una diferencia de casi 60 pesos sobre el dólar, el euro se posiciona como un claro indicador de la pérdida de valor del peso cubano y de la preferencia de los actores del mercado informal por monedas más estables.
El dólar mostró una semana mucho más contenida. Se ha mantenido en torno a los 420 CUP, un nivel que parece haberse convertido en su punto de equilibrio temporal. La MLC, en cambio, mostró un leve repunte, subiendo 10 CUP tras haber caído hasta los 200 a inicios de semana. Su precio actual de 210 CUP refleja una recuperación moderada, aunque el comportamiento de esta divisa sigue siendo uno de los más volátiles del mercado.
A pesar de la estabilidad de este sábado, los analistas advierten que el respiro podría ser solo temporal. La continua depreciación del peso cubano, unida a la alta demanda de divisas para cubrir necesidades básicas o emigrar, mantiene tensiones latentes en el mercado.
Las autoridades no han intervenido directamente en el mercado informal, lo que deja la cotización de las divisas a merced de la oferta y la demanda. En este contexto, los cubanos continúan pendientes del comportamiento diario de las tasas, conscientes de que cualquier fluctuación impacta directamente en su poder adquisitivo y en los precios del mercado negro.
Esta calma, aunque bien recibida, no debe interpretarse como una señal de recuperación económica, sino como una pausa en medio de una crisis cambiaria profunda.