La intensificación de las deportaciones en el sur de Florida está dejando una estela silenciosa de víctimas inesperadas: los animales de compañía. Perros, gatos y otras mascotas están siendo abandonados en refugios o en la vía pública cuando sus dueños son detenidos o expulsados del país sin previo aviso.
Refugios como los de Palm Beach y Broward reportan un aumento alarmante en los ingresos de mascotas cuyos cuidadores fueron deportados. Los voluntarios encuentran notas desgarradoras como “familia deportada”, y en algunos casos, vecinos o amigos intentan entregarlos, aunque a menudo no pueden quedarse con ellos por razones médicas, económicas o legales.
"Zuri, una perrita abandonada en Broward, fue rescatada por una organización luego de que su familia desapareciera tras una redada migratoria. Su historia es solo una entre decenas de casos similares que se multiplican en silencio, invisibles para las estadísticas oficiales pero muy reales para los refugios saturados."
Janet Steele, directora de un refugio en Palm Beach, confirmó que al menos 19 animales han sido entregados este año como consecuencia directa de operativos migratorios. Uno de ellos fue un caniche de 11 años, ciego y enfermo, que terminó solo tras la detención de su dueño.
"Bruce, Margot, Nino… cada nombre es un capítulo doloroso. Mascotas que fueron amadas y cuidadas ahora duermen en jaulas compartidas, esperando sin entender por qué sus dueños no regresan."
El problema se agrava por la sobrepoblación crónica en los albergues. El centro de Doral, por ejemplo, opera al doble de su capacidad, lo cual expone a los animales a enfermedades, estrés y abandono adicional.
Aunque leyes recientes en Florida han incrementado las multas por abandono animal, defensores insisten en que deben considerarse las circunstancias migratorias. Abandonar una mascota nunca debería ser una opción, pero la deportación abrupta no da alternativas a muchas familias.
Organizaciones como Good Karma Pet Rescue intentan mitigar el daño, ofreciendo hogares temporales. Pero la capacidad es limitada y el dolor, inmenso.
Estas historias revelan que la crisis migratoria no solo afecta a personas. También arrastra a seres inocentes, leales, incapaces de defenderse. Son las víctimas olvidadas de políticas migratorias cada vez más severas.
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