En menos de 24 horas, Cuba registró dos accidentes de tránsito graves en extremos del país, mientras la estadística nacional revela una tendencia preocupante: menos colisiones, pero más consecuencias fatales.
El primero ocurrió anoche en la carretera de Gibara (Holguín), poco antes del poblado "Floro Pérez". Según testigos, dos motocicletas impactaron contra un jeep, que volcó tras el
golpe. Varias personas resultaron lesionadas —entre ellas una niña— y fueron trasladadas de urgencia al hospital más cercano. Hasta ahora, las autoridades no han informado sobre sus condiciones de salud.
En la tarde de este domingo, otro siniestro se reportó en la Calzada de Managua, municipio habanero de Arroyo Naranjo. Un auto moderno blanco invadió la senda contraria y colisionó de frente con otro vehículo. Aunque aún no se confirma si hubo lesionados, las imágenes evidencian daños significativos.
Estos incidentes recientes se enmarcan en una tendencia nacional: aunque el número de accidentes ha disminuido, las fatalidades han aumentado. Según datos oficiales, en enero de 2025 se registraron 422 accidentes, 552 lesionados y 65 fallecidos, seis más que en 2024.
A cierre de abril, los siniestros habían disminuido en 150 casos respecto a 2024 (2 377 en total), pero las muertes se elevaron. A lo largo del primer trimestre de 2025, los accidentes fueron menos (1 738 vs. 1 882), pero las víctimas mortales aumentaron un 18 %, alcanzando 173.
El año anterior, 2024 cerró con 7 507 accidentes, 634 fallecidos (13 % menos) y 6 613 lesionados (4 % menos), lo que representa una reducción frente a 2023
Los análisis apuntan al factor humano como causa principal. En enero de 2025, el factor humano estuvo presente en el 92 % de los accidentes, el 98 % de las muertes y el 91 % de los lesionados.
En abril, se reportó que el factor humano sigue siendo responsable del 91 % de los siniestros. Entre las causas más frecuentes: falta de atención al conducir, irrespeto al derecho de vía, exceso de velocidad, uso del celular al volante y consumo de alcohol.
Los recientes accidentes en Holguín y La Habana reflejan una realidad alarmante en la seguridad vial cubana: aunque disminuyen los siniestros, cada choque es más letal. La estadística confirma que el mal comportamiento al volante —más que las condiciones de las vías— continúa siendo el detonante de tragedias. Es urgente reforzar campañas de educación vial, controlar las infracciones y mejorar la infraestructura, especialmente en zonas con menor visibilidad o alta velocidad.