El cubano Deivy Alemán Oropesa, quien se vio obligado a abandonar Estados Unidos de manera voluntaria para evitar la detención migratoria, logró reencontrarse este fin de semana con su pequeña hija en Cuba, después de más de un mes separados. La emotiva reunión fue posible gracias a la solidaridad de una agencia de viajes que le regaló el pasaje a su esposa para que pudiera llevar a la niña a visitarlo.
El periodista Javier Díaz, de Univisión, quien ha seguido de cerca el caso, informó en su cuenta de Facebook que Alemán pudo ver a su hija “tras un mes de haber salido voluntariamente del país”. Sin embargo, advirtió que el proceso de reunificación familiar aún no ha sido aprobado, por lo que la familia continúa dividida.
“Recuerden que la niña está pendiente de una cirugía a corazón abierto y Deivy era el sustento económico de su familia en Estados Unidos”, escribió Díaz, subrayando la gravedad de la situación.
El drama de esta familia comenzó a inicios de septiembre, cuando Alemán Oropesa decidió “autodeportarse” para evitar ser detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Las autoridades le dieron dos opciones: aceptar la detención mientras avanzaba su proceso de deportación o salir del país voluntariamente antes del 14 de septiembre.
“Creo que la mejor opción es salir voluntario. Lo que más me preocupa es dejar a la niña. Ella está pendiente de una cirugía y eso es lo que más me duele”, dijo el cubano, visiblemente afectado, en declaraciones recogidas por Javier Díaz antes de su partida.
La hija de Deivy, una niña de apenas dos años y ciudadana estadounidense, ha sido sometida a dos operaciones a corazón abierto y necesita una tercera intervención en los próximos meses. Mientras tanto, su madre continúa en Estados Unidos cuidándola y esperando una respuesta favorable del proceso migratorio que permita la reunificación familiar.
Deivy, por su parte, había sido durante años el principal sustento económico del hogar, trabajando como conductor de Uber, pagando impuestos y sin antecedentes penales. Su salida de Estados Unidos no solo rompió a una familia, sino que dejó en la incertidumbre la atención médica de su hija, quien requiere seguimiento constante.
El pasado 8 de septiembre, durante una cita rutinaria en la oficina de ICE en Orlando, Alemán fue notificado de que debía abandonar el país en menos de una semana. La noticia cayó como un golpe devastador para su familia, que no esperaba una medida tan repentina.
“Es una situación que todavía nos tiene en shock”, declaró su esposa poco después, agradeciendo las muestras de solidaridad recibidas en redes sociales y pidiendo que el caso llegue a oídos de congresistas o senadores estadounidenses que puedan interceder.
Aunque el reencuentro temporal en Cuba trajo algo de alivio, la incertidumbre sigue marcando el futuro de esta familia cubana. Deivy continúa en la isla, separado de su esposa e hija, mientras el proceso de reunificación sigue estancado.
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