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El luchador Yasmani Acosta, nacido en Cuba y nacionalizado chileno, recibió este viernes 5 de diciembre de 2025 el Premio Nacional del Deporte 2024, el máximo reconocimiento que otorga el Estado a un atleta por sus logros y aporte al país. La ceremonia se desarrolló en el Palacio de La Moneda, encabezada por el presidente Gabriel Boric y el ministro del Deporte, Jaime Pizarro, quienes destacaron no solo la excelencia deportiva del gladiador, sino también su historia de sacrificio personal y su compromiso con Chile.
Acosta, originario de Santiago de Cuba, llegó al país en 2015 tras abandonar una delegación deportiva cubana durante una gira internacional. Su decisión significó comenzar desde cero, lejos de su familia y bajo la incertidumbre del futuro. Sin embargo, encontró en Chile una oportunidad y un proyecto de vida. Con esfuerzo, disciplina y resultados crecientes, en 2018 obtuvo la nacionalidad por gracia, lo que marcó un antes y un después en su carrera.
El motivo central del premio fue su histórica medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024, la primera que Chile consigue en lucha grecorromana. Su logro dejó una huella profunda en el deporte nacional, al posicionar al país en un ámbito donde tradicionalmente no figuraba. Además del podio olímpico, Acosta suma preseas en Panamericanos, Sudamericanos, Grand Prix y mundiales, consolidándose como uno de los mejores luchadores latinoamericanos de la última década.
El galardón incluye un estímulo económico (aproximadamente 17 millones de pesos), pero Acosta añadió un gesto que marcó la jornada: anunció que donará su medalla olímpica al Estado de Chile, para que permanezca exhibida en La Moneda “al alcance de todos los chilenos”. El acto fue recibido con emoción, pues simboliza su agradecimiento al país que lo acogió cuando decidió rehacer su vida lejos de Cuba.
Durante la ceremonia, Acosta expresó: “Chile me dio oportunidades que jamás imaginé. Esta medalla y este premio no son solo míos; pertenecen a cada persona que me apoyó y creyó en mí desde que llegué”. Su historia, marcada por la resiliencia y la integración, refleja la travesía de un atleta que dejó su tierra natal, se reinventó en una nueva patria y hoy es uno de los rostros más inspiradores del deporte chileno.
Con este reconocimiento, Yasmani Acosta no solo reafirma su lugar en la élite deportiva, sino que se convierte en un símbolo de superación, identidad y gratitud: un cubano que encontró en Chile su plataforma para hacer historia.
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