Imagen tomada de Diario de Cuba
Las autoridades sanitarias de Cuba elevaron este jueves a 40 174 el registro oficial de contagios por chikungunya, en una epidemia que crece con velocidad y coincide con el avance del dengue y otras enfermedades respiratorias. La viceministra de Salud Pública, Carilda Peña, informó en la televisión estatal que en la jornada previa se detectaron 574 nuevos casos, además de 4102 diagnósticos de síndrome febril inespecífico, lo que mantiene a 36 667 personas en vigilancia, la mayoría en sus hogares.
Casi la mitad de las infecciones se produjeron en noviembre: el acumulado hasta octubre era de 20 062, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Solo la semana pasada se notificaron 5 717 nuevos contagios, de acuerdo con un reporte de EFE. Las autoridades han admitido que el país atraviesa una “situación complicada” y prevén un escenario “desfavorable” en las próximas semanas.
Los datos nacionales coinciden con las advertencias de la OPS, que sitúa a Cuba entre los países más afectados del continente. A inicios de noviembre, la incidencia era de 183,43 casos por cada 100 mil habitantes, la más alta de América. Esa cifra ascendió esta semana a 350,57, consolidando el liderazgo regional en esa estadística.
Aun así, la magnitud real podría ser mayor. La escasez de pruebas diagnósticas y la renuencia de muchas personas a acudir a los centros de salud —en medio del colapso hospitalario— generan un subregistro reconocido por el propio Gobierno.
Con más de 40 mil casos, Cuba es el segundo país del continente con mayor número de infectados, solo detrás de Brasil, que supera los 240 mil. En incidencia, el gigante sudamericano también escolta a la isla, aunque a notable distancia: 113,75 casos por cada 100 mil habitantes.
En materia de mortalidad, la OPS solo registra fallecidos en Brasil (116), Cuba (21) y Bolivia (4). El Minsap, por su parte, asegura que 33 personas han muerto en la isla por causas asociadas tanto al chikungunya como al dengue.
Sobre el dengue, Peña señaló que la incidencia diaria es de 7,69 casos por cada 100 mil habitantes, equivalente a unos 745 contagios activos. Actualmente hay 78 pacientes graves y 13 en estado crítico, con predominio de menores de edad.
El Gobierno cubano declaró la epidemia el 12 de noviembre, pese a que los primeros casos se registraron en julio y el aumento sostenido se observó desde septiembre. La ola de contagios se expande en un país golpeado por la grave crisis económica, que ha limitado las capacidades de fumigación, diagnóstico y atención médica, creando un terreno propicio para la propagación de ambas arbovirosis.
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