En un mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter), Lis Cuesta esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel y autodenominada “coordinadora de eventos y cultura-turismo” del Ministerio de Cultura salió este jueves en defensa del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en medio de una profunda crisis económica y energética que golpea a la población cubana.
Según Cuesta, a pesar de “las complejidades del país”, el Festival demuestra que “la Cultura sigue siendo vital para el pueblo cubano y un puente vivo con el mundo”.
La funcionaria celebró que el evento recibiera más de 2200 obras inscritas procedentes de 42 países, algo que, a su juicio, demuestra que “el cine es resistencia luminosa”.
También aseguró que solo por concepto de inscripciones el festival recaudó más de 15 mil dólares, cifra que —dijo— contribuyó a sostener su realización.
Uno de los puntos más polémicos de su mensaje fue la afirmación de que “ya hay plantas generadoras en los cines del Proyecto 23”, así como la preparación de pantallas móviles en comunidades para evitar que las proyecciones se vean afectadas por la crítica situación energética del país. De acuerdo con Cuesta, la labor del ICAIC y de los organizadores del evento refleja “la voluntad de Cuba de seguir haciendo cultura aun en tiempos difíciles”.
Sin embargo, el mensaje desató una oleada de críticas entre cubanos que consideran que sus palabras demuestran una desconexión absoluta con la realidad diaria del país.
En redes sociales, varios usuarios cuestionaron que el gobierno disponga de plantas eléctricas para un festival, mientras los hospitales, policlínicos y cuerpos de guardia carecen de ellas, poniendo en riesgo la vida de los pacientes en medio de continuos apagones.
“Para ese circo sí hay plantas generadoras mientras en los policlínicos no hay, comprometiendo la atención médica”, respondió un usuario.
Otro cuestionó el triunfalismo de Cuesta en un país devastado por epidemias y apagones: “¿En serio tú crees que una persona con chikungunya tiene fuerzas para ir al cine?”
Las declaraciones de Lis Cuesta, presentadas como un acto de entusiasmo cultural, fueron recibidas por muchos como un recordatorio más de la brecha creciente entre la élite gobernante y la realidad del cubano común, que sobrevive entre apagones, falta de medicinas, hospitales colapsados y un deterioro generalizado de los servicios básicos mientras el gobierno presume de “resistencias luminosas”.
fuente: Alberto Arego, Facebook.
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