Bruno Rodríguez Parrilla, se dirigió este martes al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para exponer la postura del régimen de la Habana sobre los derechos de los ciudadanos del mundo. El diplomático enfatizó los autoproclamados logros de la Revolución como un ejemplo de lo avanzada que está Cuba en materia de derechos humanos.
Bruno fue enfático al declarar que: “La pandemia ha desencadenado una grave crisis económica y social. Crecen de manera exponencial las desigualdades, el hambre y la discriminación”. El dirigente no se refirió, sin embargo, a la draconiana subida de precios de los alimentos en Cuba, la eliminación de los subsidios a los servicios para ancianos y el trato discriminatorio a cubanos con ideas diferentes y ciudadanos emigrados.
El Canciller elevó a su gobierno cuando se refirió a los 4 candidatos vacunales que desarrolla el sistema de salud, pero evitó referirse al fracaso del control epidemiológico de la isla que enfrenta records de contagios en las últimas semanas.
Para Bruno la causa de los males del mundo radican en un sistema “antidemocrático y por la aplicación de un neoliberalismo despiadado que impacta con fuerza mayor sobre los más vulnerables”, sin contar que es Cuba la que aplica tarifazos a los servicios como agua, luz, gas y transporte, al mismo estilo neoliberal. Es natural que no se refiriera a las campañas de linchamientos televisivos, encarcelamiento de opositores y actos de repudios contra familias con niños.
El Consejo de Derechos Humanos debió soportar el discurso manipulado de un régimen que apuesta por la Muerte y recrimina ante el mundo a los que proclaman “Patria y Vida”. Los tiempos en que se negaban las violaciones de derechos humanos por falta de pruebas, terminaron, las evidencias en 2020 y lo que va de año son abrumadoras.
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