Obtener la residencia permanente en Estados Unidos —la famosa green card— es el sueño de millones de inmigrantes que buscan estabilidad y un futuro junto a sus familias. Una de las rutas más comunes para lograrla es a través de los lazos familiares, aunque el proceso varía según la categoría y puede convertirse en un camino largo y complejo.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) establece dos categorías principales: Parientes Inmediatos y Preferencia de Familia. La primera incluye a esposos e hijos menores de 21 años de ciudadanos estadounidenses, padres y huérfanos adoptados. Lo positivo es que estas visas están disponibles de forma inmediata, por lo que los tiempos de espera suelen reducirse a unos meses.
En cambio, la categoría de Preferencia de Familia enfrenta cupos anuales y listas de espera que pueden extenderse por años. Aquí entran los hijos no casados de cualquier edad de ciudadanos estadounidenses, cónyuges e hijos de residentes permanentes, hijos casados de ciudadanos estadounidenses (junto a sus familias) y hermanos de ciudadanos.
Para ambos grupos, el proceso comienza con el Formulario I-130, mediante el cual el ciudadano o residente solicita la visa para su familiar. Luego, si el beneficiario ya está en EE.UU., puede presentar el Formulario I-485 para ajustar su estatus. Además, se deben entregar pruebas sólidas de la relación, pasar revisiones de antecedentes y asistir a entrevistas que demuestren que los vínculos familiares son genuinos.
En agosto, USCIS anunció nuevos requisitos más estrictos bajo la Orden Ejecutiva 14161. Esto incluye verificaciones adicionales de antecedentes, más exigencias de documentos y entrevistas con criterios más severos. La agencia justifica los cambios como una medida para proteger la “integridad” del sistema migratorio.
Para los cubanos, esta vía tiene un peso especial. El régimen en la Isla ha fragmentado familias durante décadas mediante restricciones de movilidad y trabas burocráticas, lo que convierte la reunificación en EE.UU. en algo más que un trámite: es una manera de escapar de un sistema represivo y recuperar la unidad familiar.
USCIS recomienda a los solicitantes consultar con un abogado de inmigración para evitar errores que puedan retrasar o incluso frenar el proceso. Aunque la ruta pueda parecer complicada, miles de inmigrantes la recorren cada año con éxito.
La residencia permanente por lazos familiares es posible, pero requiere paciencia, preparación y asesoría adecuada. Para muchos, no es solo un documento: es la llave hacia un futuro en libertad junto a quienes más aman.
Microcrédito de la ONU llega a Pinar del Río y Santa Clara para Mipymes y cuentapropistas
Hace 1 día
Volcadura en San Miguel del Padrón destapa el peligro oculto de la Carretera Central
Hace 12 minutos