En una entrevista concedida a Cubanet, el joven exprisionero político Andy García Lorenzo volvió a poner sobre la mesa el tema de los derechos humanos en Cuba. “Eres un preso político, tienes que cuidar el prestigio de los demás”, afirmó recordando que su encarcelamiento se produjo tras participar en las protestas pacíficas del 11 de julio de 2021.
Su liberación ha reavivado el debate sobre los límites de la disidencia, el costo personal de la prisión y las presiones que enfrentan los opositores al régimen. Las redes sociales se encendieron con comentarios encontrados.
Para algunos, Andy es “uno de los impulsores de una Cuba nueva, sin mentira y próspera”, como escribió Carlos Reyes, cubano en el exilio. Otros lo consideran un “héroe de este país”, en palabras de Aleida Fontes, que lo reconoció como símbolo de resistencia. Estas voces reflejan el respaldo de quienes ven en él la encarnación del sacrificio por la libertad.
Sin embargo, no faltaron los ataques y cuestionamientos. Algunos usuarios lo acusaron de haberse prestado a intereses extranjeros o de “buscar dinero y reconocimiento”.
Otros, como Miguel Ramírez, aseguraron que sus protestas no fueron pacíficas y lo acusaron de “hablar por unos centavos”. Bety Laura González, en tono de advertencia, le recordó que lo que hizo en Cuba, en otro país, le habría costado una condena más severa.
“Eres un caso olvidado en la cloaca si llegas a Estados Unidos”, escribió un internauta, reflejando la visión de que los exprisioneros pierden relevancia política al emigrar. También hubo quienes descalificaron su ortografía, como Dagmaris Baute, o minimizaron las protestas calificándolas de violentas.
La polarización muestra cómo la figura de Andy García Lorenzo genera sentimientos encontrados: inspiración para quienes creen en la resistencia pacífica y rechazo para quienes defienden la versión oficial de los hechos. Lo cierto es que su voz vuelve a resonar, ahora fuera de las rejas, insistiendo en que los presos políticos no deben olvidar que representan la esperanza de miles de cubanos.
“Eres un preso político, tienes que cuidar el prestigio de los demás”. Con esta frase, Andy no solo habló de sí mismo, sino de toda una generación que enfrentó la cárcel por exigir libertad. Su caso vuelve a plantear la pregunta clave: ¿hasta dónde llega el precio de luchar por una Cuba distinta?
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