La provincia de Matanzas enfrenta desde este jueves 23 de octubre una nueva complicación en su ya difícil escenario cotidiano: la suspensión total de la venta de gas licuado. Según una comunicación oficial difundida a través de los canales de distribución, este jueves será el último día de venta en toda la provincia, debido a la no disponibilidad de producto en la planta de gas.
El aviso precisa que los clientes que habían recibido mensajes para comprar a partir del viernes 24 de octubre quedarán pendientes hasta nuevo aviso, “cuando comience nuevamente la venta”. La medida afecta a miles de familias que dependen del gas para cocinar y cubrir otras necesidades básicas, en un contexto en el que los servicios esenciales ya se encuentran bajo fuerte presión.
La falta de gas se suma a una cadena de dificultades que atraviesan los matanceros en las últimas semanas. Los apagones prolongados continúan afectando extensas zonas de la provincia, con interrupciones de hasta 20 horas en algunos municipios, lo que repercute directamente en el bombeo de agua y en la conservación de alimentos.
A su vez, la escasez de agua potable se ha agravado por el deterioro de las redes y la inestabilidad eléctrica que impide el rebombeo constante. Este escenario, junto con la acumulación de aguas estancadas, ha favorecido el aumento de casos de arbovirosis, especialmente dengue.
Mientras no se restablezca el suministro de gas, los hogares deberán recurrir a alternativas como la leña o la cocción eléctrica —cuando hay corriente—, en medio de un panorama donde la población intenta resistir entre cortes, calor, mosquitos y una creciente incertidumbre.
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