El gobierno de Estados Unidos confirmó este miércoles una nueva acción marítima en el Caribe que incrementa la tensión con el régimen de Nicolás Maduro. El presidente Donald Trump anunció que la Guardia Costera estadounidense confiscó un petrolero que operaba frente a las costas venezolanas en el marco del despliegue militar que Washington mantiene en la región contra redes de narcotráfico y contrabando.
“Acabamos de incautar un petrolero enorme cerca de Venezuela, el más grande que hemos tomado hasta ahora”, declaró Trump a periodistas, sin ofrecer detalles adicionales sobre la embarcación. La operación contó con apoyo de la Marina y se ejecutó bajo leyes estadounidenses de control marítimo, según informó un funcionario citado por Bloomberg.
La agencia financiera adelantó la noticia y aseguró que el barco formaba parte de la lista de buques sancionados por Washington por colaborar con las operaciones petroleras de Caracas. La acción se interpreta como un paso más dentro de la estrategia de Estados Unidos para limitar las fuentes de financiamiento del gobierno de Maduro, acusado por la Casa Blanca de encabezar una estructura criminal internacional vinculada al tráfico de drogas.
Las sanciones que pesan sobre PDVSA han reducido de forma drástica la capacidad exportadora de Venezuela, obligando al país a recurrir a una red de intermediarios y buques que operan con señales apagadas, cambios de nombre o transferencias de carga en alta mar para sortear los sistemas de rastreo. Ese esquema, descrito por expertos como un circuito de “petroleros fantasma”, ha permitido al régimen colocar crudo en mercados asiáticos a precios muy por debajo del valor internacional.
En este contexto, la incautación del petrolero añade presión a un sector petrolero ya debilitado y podría disuadir a operadores marítimos que aún participan en el transporte de petróleo venezolano, aumentando los riesgos legales y financieros asociados.
El anuncio se produjo el mismo día en que la líder opositora María Corina Machado, recientemente laureada con el Premio Nobel de la Paz, tenía previsto participar en actividades públicas en Oslo. Aunque inicialmente no pudo asistir a la ceremonia, confirmó que viajaría a Noruega en las horas siguientes. Su reconocimiento internacional ha intensificado el debate político venezolano y podría influir en la manera en que gobiernos extranjeros abordan su relación con Caracas.
Desde el inicio del mandato de Trump, Washington ha adoptado una postura dura frente al régimen de Maduro, combinando sanciones económicas, presión diplomática y un amplio despliegue de fuerzas en el Caribe. La administración estadounidense atribuye al mandatario venezolano vínculos directos con el llamado “Cartel de los Soles”, que las autoridades norteamericanas consideran una organización terrorista transnacional. Maduro rechaza esas acusaciones y asegura que forman parte de una campaña para justificar un cambio de gobierno por la fuerza.
Trump ha insistido en que “los días de Maduro están contados” y no ha descartado acciones militares directas. El incremento de operativos en alta mar, que ya ha dejado más de veinte embarcaciones destruidas y numerosas detenciones, marca un punto de inflexión en una confrontación que se desarrolla tanto en el terreno político como en el estratégico.
(Con información de AFP y AP)
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