El ex presidente uruguayo José Mujica, de 89 años, ha anunciado que su lucha contra el cáncer de esófago ha llegado a su fin tras la expansión de la enfermedad a su hígado. En una entrevista reciente con el semanario Búsqueda, Mujica declaró: “Sinceramente me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”, dejando claro que no se someterá a más tratamientos ni concederá entrevistas.
El histórico líder del Movimiento de Participación Popular (MPP) relató que los tratamientos disponibles no son viables debido a su edad avanzada y a enfermedades crónicas que padece desde hace más de dos décadas. “No lo paro con nada porque mi cuerpo no lo aguanta”, confesó, pidiendo a los médicos que lo dejen tranquilo y no le causen sufrimientos innecesarios.
En su chacra en Rincón del Cerro, Mujica dedica sus días a “acometer las cosas para los que vayan a quedar”. Planea ser enterrado allí, junto a su perra Manuela, y asegura que ha tomado medidas para garantizar la continuidad de su legado, incluyendo la compra de un tractor para las generaciones futuras.
A pesar de su delicado estado de salud, Mujica sigue siendo una figura destacada en la política uruguaya. Aunque asegura no tener intención de influir en el nuevo gobierno de Yamandú Orsi, subrayó que se siente orgulloso del éxito reciente de su partido, el MPP, que obtuvo resultados históricos en las últimas elecciones.
La trayectoria de Mujica ha estado marcada por su sencillez y compromiso con el pueblo. En la entrevista, se despidió emotivamente de sus compatriotas: “El fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto. Por eso, la primera categoría son mis compatriotas y de ellos me despido”. Con los ojos llenos de lágrimas, envió un abrazo a todos los uruguayos.
Desde abril de 2024, cuando anunció el diagnóstico de cáncer de esófago, Mujica enfrentó varias etapas de tratamiento, incluidas sesiones de radioterapia y cirugías. Sin embargo, en los últimos meses, su salud ha empeorado, lo que lo llevó a tomar la decisión de rechazar más intervenciones.
“Hasta acá llegué”, dijo Mujica con serenidad. Mientras espera el final, se dedica a tareas cotidianas en su chacra, reflexionando sobre una vida que define como llena de “premios”. A cuatro meses de cumplir 90 años, se despide como uno de los líderes más emblemáticos de Uruguay, dejando un legado de lucha, humildad y dedicación a su país.