En la costa oriental de Cuba, en la Bahía de Nipe (Holguín), existe un lugar donde el tiempo se detuvo... pero no para el pueblo cubano, sino para los Castro. Se trata de Cayo Saetía, una joya natural de más de 40 km² convertida en feudo privado del dictador Raúl Castro Ruz, sus hijos, nietos y un puñado de incondicionales.
Ni siquiera Miguel Díaz-Canel tiene acceso. Este cayo es territorio vedado: un santuario de lujo, fauna exótica y playas vírgenes, reservado exclusivamente para la élite del poder castrista. Es, literalmente, un "área de caza y descanso", operada por el Grupo Gaviota, brazo económico de las FAR.
Allí no hay carencias: cebras, venados, búfalos y hasta avestruces son mantenidos para safaris privados. Mientras, en el resto del país, los cubanos hacen colas para conseguir un pedazo de pan o una pastilla de jabón.
Villas de lujo, playas inaccesibles, vigilancia extrema. Cuando Raúl visita, se movilizan camiones con alimentos, electrodomésticos, licores, combustible y hasta armas. El perímetro es cerrado por la Policía y el MININT, se cancelan permisos de caza en zonas cercanas y cualquier turista o pescador es expulsado sin explicación.
En Cayo Saetía la corrupción interna está a la orden del día: todos roban, pero nadie habla.
José Luis Domínguez Velázquez, director del complejo, desvía mercancías para sus negocios personales en Mayarí, usando el transporte del centro.
Alberto Ricardo, jefe de turismo, organiza safaris VIP y cumple antojos personales de Raúl, bajo la supervisión de “El Cangrejo”, el nieto guardaespaldas del dictador.
Mayelín Cuza Naranjo, jefa de cocina, roba descaradamente alimentos mientras manda a registrar a los trabajadores para que no se lleven "ni un caramelo".
Los empleados viven bajo presión, amenazas y vigilancia constante. Pero los jefes reciben autos, electrodomésticos, vacaciones en Varadero y Cayo Coco. Todo a cambio de su silencio.
¿Y el pueblo cubano? Sumido en la miseria, los apagones, el hambre y la desesperanza. Mientras millones sufren, unos pocos viven como reyes. Cayo Saetía es más que una isla: es el símbolo obsceno del privilegio y la corrupción de la dictadura.
Fuente: La Tijera
En Lis Cuesta la demagogia no tiene límites: ahora agradece a la Virgen 'por cuidarnos'
Hace 9 horas
Regreso inesperado de Tekashi, Bebeshito y Lenier con flow vaquero este 12 de septembre
Hace 4 horas