Rusia ha confirmado la realización de una nueva edición del festival musical Intervisión, un certamen que sirvió durante décadas como alternativa soviética a Eurovisión, y que regresa ahora con una propuesta ambiciosa en la que participarán 20 países, entre ellos Cuba y, de forma inesperada, Estados Unidos.
La cita está prevista para el 20 de septiembre en Moscú y será transmitida por el canal estatal Channel One Russia. El evento busca consolidarse como una vitrina musical paralela a Eurovisión, del que Rusia fue excluida en 2022 tras la invasión a Ucrania. En respuesta a esa sanción, el Kremlin ha decidido revivir este formato, que tuvo varias ediciones durante la Guerra Fría.
El festival contará con la participación de países cercanos al eje político ruso como Bielorrusia, Azerbaiyán, Kirguistán y Serbia, además de Cuba, un aliado histórico de Moscú. Llama especialmente la atención la incorporación de Estados Unidos, aunque aún no se ha detallado el perfil del artista que representará a ese país.
Por parte de Rusia, el representante será Shaman, un cantante que ha ganado notoriedad con temas de corte nacionalista desde el inicio del conflicto con Ucrania. También se han confirmado artistas como el trío Nomad, de Kirguistán, y la joven intérprete Nastya Kravchenko por Bielorrusia. Aún se desconoce si países como Serbia o Azerbaiyán mantendrán a los mismos artistas que enviaron al último Eurovisión celebrado en Basilea.
La historia de Intervisión se remonta a los años 60, cuando fue impulsado como contrapeso cultural del bloque soviético frente al popular certamen europeo. Tuvo varias ediciones entre 1965 y 1980, durante los años más activos de la Guerra Fría. Su regreso en pleno siglo XXI refleja los esfuerzos del gobierno ruso por fortalecer sus vínculos culturales con aliados y contrarrestar su aislamiento en escenarios occidentales.
Rusia, que debutó en Eurovisión en 1994 tras la caída de la URSS, fue una potencia constante en ese escenario hasta su exclusión. Con actuaciones memorables como la de Dima Bilan en 2008 —cuando ganó con la balada “Believe”— o figuras como Sergey Lazarev y el dúo t.A.T.u., el país invirtió considerablemente en escenografía y producción para dejar huella en el evento.
La Unión Europea de Radiodifusión (UER) decidió vetar la participación rusa en Eurovisión tras la invasión a Ucrania, argumentando que el certamen defiende valores de unidad y paz que no podían mantenerse en esas circunstancias. Sin embargo, con el relanzamiento de Intervisión, Rusia parece determinada a ofrecer una alternativa cultural a su medida.
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