Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, otra medida significativa es la limitación de las oportunidades de ciudadanía para residentes permanentes. La nueva administración podría hacer más estrictos los requisitos de naturalización, requiriendo mayores evidencias de integración social o un historial fiscal intachable. Según el gobierno, estas modificaciones tienen como objetivo priorizar la ciudadanía para aquellos que demuestren un compromiso profundo con el país.
Se ha sugerido que los antecedentes laborales y de seguridad social de los solicitantes serán evaluados con mayor rigurosidad. Esto afectaría especialmente a aquellos que, aunque tienen residencia permanente, no han podido mantener un empleo constante o han tenido dificultades financieras.
Los abogados de inmigración destacan que estas nuevas restricciones complicarían el proceso de ciudadanía y crearían barreras adicionales para personas que ya han vivido legalmente en el país durante años.
También el republicano se aferra a la idea de deportar a los inmigrantes ilegales en Estados Unidos pero ¿puede Trump cumplir la 'mayor deportación de la historia'?
Durante su campaña, una de las principales promesas de Trump ha sido implementar la mayor deportación de migrantes indocumentados en la historia de Estados Unidos, afectando a aproximadamente 11 millones de personas. Esta iniciativa estaría respaldada por la llamada “Operación Aurora,” basada en una ley utilizada en tiempos de guerra que permite expulsar a quienes se consideran enemigos del país.
Desde su promulgación a fines del siglo XVIII, esta legislación solo se ha aplicado en tres ocasiones: en la guerra de 1812, y durante la Primera y Segunda Guerras Mundiales.
Las organizaciones latinas de derechos civiles advierten que esta operación no solo afectaría a migrantes indocumentados. En diversas declaraciones, Donald Trump ha equiparado a los migrantes sin documentos con criminales, acusándolos de cometer delitos graves y considerándolos enemigos de la nación. Según él, estas personas también desplazan a los trabajadores estadounidenses y contribuyen al desempleo, aunque estudios indican que una deportación masiva afectaría negativamente la economía del país.
Lo cierto es que muy mal van a recibir las Pascuas y el fin de año muchos millones de personas que ya habitan en Estados Unidos, la mayoría de ellos, personas bien. Esperar...no queda de otra.
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