El portal Cubanet Noticias ha desvelado los elevados precios de varios productos que están a la venta en el nuevo centro comercial de Santiago de Cuba, los cuales han alborotado las redes sociales.
Se trata de la instalación de este tipo más grande de la ciudad, un espacio nuevo y lujoso que pertenece a la Corporación CIMEX y que expende mercancías que para muchos eran, aunque suene fuerte, desconocidas.
Pero lo único que desató polémica no fueron los precios sino, además, el nombre que adquirió: “La Gran Piedra”, para muchos “un homenaje al monolito que resguarda las cenizas de Fidel Castro. Muchos le llamaron “La Piedra de Fidel”, según Cubanet.
Así que volvieron a cambiarlo y le pusieron “Centro Comercial La Plaza”, pero los precios siguen siendo “precios de lujo para los de a pie. “Es un crimen que vendan una rama de vainilla a 2.35 CUC, o sea, la mitad de la pensión que recibo se iría en eso nada más. Esta tienda es para ricos y esa vainilla es la que no le voy a echar a mis dulces”, dijo una santiaguera.
“Un Ron Habana Club edición Cohíba se puede comprar por 350.00 CUC, un kilo de Rodaballo por 47.35 CUC, y el Pulpo Gourmet pagando unos 45.35 CUC el kilogramo. La tienda tiene además un punto WiFi, del monopolio de las telecomunicaciones en Cuba (ETECSA), por lo que se considera el establecimiento más moderno de la provincia”, reseñó CN.
“Le pusieron Internet al Centro Comercial para que la gente tomara fotos y las posteara al momento, y así quitar la mala fama que tienen las tiendas en Cuba, donde no hay nada. Pero al final nadie puede comprar con los precios que hay aquí”, dijo otra persona.
“A cada rato llegan cosas nuevas que nunca había visto. El otro día llegó pulpo y lomo de atún, aunque carísimo, me sorprendió bastante ver este tipo de cosas. Pero los 31.35 CUC que cuesta un kilo de atún es terrible, sobre todo porque no permiten comprar por kg, y cuando te vas a llevar el pescado entero puedes terminar pagando hasta 200.00 CUC. Y lo peor es que con tantas mercancías caras no vendemos, y eso nos baja el cumplimiento. Son precios tan exagerados que ni los que trabajamos aquí podemos pagar por ellos”, comentó un trabajador.
“Vivo de mi chequera, y cuando cobro se me va el dinero en la electricidad y para mal comer, sin embargo, cuando veo toda esta tienda llena de cosas, que nunca voy a poder llevar a mi casa, recuerdo a quienes dicen que en Cuba hay igualdad. Quien compra un queso de estos o una lámpara de techo no es igual que yo. No puedo negar que me siento discriminada, porque ni vendiendo un millón de javitas lograré comprar algo de esta tienda”, reclamó una señora que vive de vender bolsas plásticas a la entrada del “Centro Comercial La Plaza”.
“Al cubano que compre esos muebles estoy segura de que al día siguiente le cae la policía en la casa para ver de dónde sacó tanto dinero. Porque después quieren que tengamos limitación de riqueza, ¡pero es que si te están vendiendo cosas de ricos! Ningún extranjero va a venir de tan lejos para compra algo tan caro, y sobre todo de tan mal gusto. Lo veremos todo ahí unos cuantos años más, lleno de polvo, porque ellos prefieren que se pudra a rebajarlo”, señaló otro cubano.
“Venden como los países extranjeros, pero nos pagan una miseria. Por mucho que saquemos las cuentas una y otra vez, no nos da. Es una falta de respeto, porque cada vez sacan cosas más caras, incompatibles con la realidad de este país. Al final nos pasamos la vida contando los centavos y sin tener nada en casa”, agregó otro obrero.
Fotos: Capturas de pantalla de Cubanet