Camagüey, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, atraviesa una alarmante situación de abandono urbano, donde la acumulación de basura, el colapso de edificios y el deterioro de los servicios básicos conforman una realidad cotidiana. Las imágenes y descripciones compartidas por el periodista José Luis Tan, desde su perfil en Facebook, retratan con crudeza cómo la ciudad se pudre en sus esquinas, sin respuesta oficial ni acciones visibles para revertir el deterioro.
Uno de los puntos más críticos es la esquina de Santa Rita con Lugareño, donde se ubica lo que antes fue una abastecedora del sector Educación.
El edificio, hoy en ruinas, muestra paredes desmoronadas, techos colapsados y un riesgo estructural evidente que amenaza la integridad física de los transeúntes.
A esto se suma un vertedero improvisado justo en la acera, donde se acumulan plásticos, restos de comida, heces de animales, cartones y escombros.
El olor nauseabundo, la proliferación de moscas y ratas y la falta total de recogida por parte de comunales, convierten la zona en un foco sanitario de alto riesgo.
La denuncia no se limita a un solo lugar.
En la calle Cielo, justo al lado de la bodega de Bembeta, la situación es similar. Montones de basura desbordada, entre cucarachas y roedores, invaden la acera mientras los vecinos conviven con los desechos.
A pocas cuadras, en la calle Hospital entre Horca y San Ramón, se repite el panorama: desperdicios amontonados a pocos pasos de una panadería donde los camagüeyanos hacen cola a diario.
La situación descrita por José Luis Tan no es exclusiva de Camagüey.
En diversas provincias del país se repite el mismo patrón: comunales sin recursos, sistemas colapsados de recogida, y una ausencia estructural de mantenimiento urbano.
Las autoridades, por su parte, no han ofrecido respuestas concretas ni acciones sostenibles para resolver el problema.
El gobierno cubano ha reconocido en varias ocasiones las dificultades logísticas y financieras para mantener los servicios comunales.
Sin embargo, los ciudadanos denuncian que la gestión sigue siendo ineficaz, con recursos mal distribuidos y una prioridad política que no se traduce en soluciones tangibles.
Mientras tanto, los residentes de Camagüey y de otras ciudades continúan expuestos a enfermedades, malos olores y riesgos estructurales.
El periodista José Luis Tan, actualmente exiliado, ha documentado en varias entregas la degradación progresiva de Camagüey, alertando sobre la ausencia de voluntad institucional para frenar el declive de un entorno urbano que alguna vez fue símbolo de riqueza arquitectónica y vida comunitaria.
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