La noche de este viernes se volvió una pesadilla para decenas de turistas extranjeros y nacionales que se encontraban en la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional José Martí.
Según la denuncia pública realizada en redes sociales por Irma Broek, los pasajeros fueron obligados a esperar fuera de la terminal, sin información clara sobre la causa de la demora o el destino de sus vuelos.
Imágenes y testimonios muestran a hombres, mujeres, ancianos y familias enteras sentados en el suelo, con su equipaje a un lado, intentando resguardarse del calor y de los mosquitos.
Todo ocurría a altas horas de la noche, cuando la mayoría esperaba ya estar en el aire rumbo a su destino.
En un país donde las instituciones estatales operan de manera opaca y sin rendir cuentas, la escena no sorprende a los cubanos, pero sí causa asombro e indignación entre visitantes extranjeros. Que un turista se vea obligado a denunciar públicamente este tipo de incidente es significativo: refleja no solo la precariedad del sistema aeroportuario, sino también el nivel de frustración que lleva a los afectados a exponer a Cuba ante una audiencia internacional.
Aunque las autoridades no emitieron ninguna declaración oficial ni en el momento ni en las horas posteriores, empleados del aeropuerto, consultados de manera extraoficial, atribuyeron el problema a una “falla técnica” combinada con “retrasos en la llegada de aeronaves”, factores que, en otros países, se comunicarían de inmediato a los pasajeros.
Sin embargo, en Cuba, la política habitual es el silencio y la falta de explicaciones, incluso cuando hay afectaciones masivas.
Los pasajeros varados, algunos con conexiones internacionales y otros con reservas hoteleras pagadas, se quejaron de que no se les ofreció agua, alimentos ni acceso a instalaciones mientras permanecían a la intemperie.
Este tipo de situaciones, denuncian expertos en turismo, golpea la ya deteriorada imagen internacional del sector en la Isla, que en los últimos años ha visto caer drásticamente la llegada de visitantes.
En redes sociales, la publicación de Irma Broek fue compartida y comentada decenas de veces en pocas horas, con mensajes de indignación tanto de cubanos como de extranjeros que han vivido experiencias similares.
En un contexto de crisis económica y colapso de los servicios públicos, este nuevo episodio en el Aeropuerto José Martí se suma a la larga lista de señales del deterioro institucional del país.
Lenier Mesa lanza “El Barrio”, un EP-documental que rinde tributo a Cuba y a sus raíces
Hace 6 horas