Actos obligados, discursos vacíos, lemas que se repiten sin sentido. Así fueron los actos que recordaron el aniversario del fallecimiento del dictador mayor . En las imágenes de uno de ellos, se mezclan el ruido, los gritos, los lemas con los rostros alargados, tristes, hastiados.
Los rostros silenciosos con ojos perdidos en la distancia, sin estar donde están. Ojos que muestran el agotamiento de un sistema social caduco y aburrido; mentes puestas en qué se pone en la mesa, cuándo vendrá la luz o en qué momento llegará el agua.
Cada cara parece contar una historia distinta, pero todas se tejen en la misma sensación de agotamiento y resignación. Los adultos miran al vacío con ojos que ya no buscan esperanza, sino que cargan una rutina impuesta: el cansancio marcado en los párpados, el fastidio dibujado en los labios apretados y esa decepción que no necesita palabras para hacerse evidente.
Son expresiones que revelan un tedio profundo, un hastío acumulado de años, como si cada consigna escuchada pesara más que la anterior.
Pero quienes más duelen son los niños. Sus caritas, que deberían reflejar curiosidad y energía, aparecen rígidas, sin brillo, atrapadas entre el sol, el ruido y el aburrimiento de un acto que no entienden y para el que jamás deberían haber sido convocados.
Algunos miran al suelo, otros a sus manos, otros simplemente esperan que termine. En sus ojos pequeños se adivina el hambre y el cansancio, ese tipo de agotamiento que en la infancia nunca debería existir. No hay risas, no hay juego, no hay alivio. Hay presencia obligada.
Entre los adultos, la decepción se mezcla con la impotencia: saben que están ahí más por obligación que por convicción. La cámara capta miradas perdidas, gestos de frustración, rostros endurecidos por la realidad cotidiana. Y aunque algunos intenten fingir entusiasmo, la expresión se les rompe al segundo.
El video no muestra un acto. Muestra un país cansado. Un pueblo que asiste porque no tiene opción. Una infancia atrapada en escenarios ajenos. Y unos rostros que, sin quererlo, cuentan la verdad que nadie se atreve a decir en voz alta.
Fuente: Eddy Reflex Iona
Al2 El Aldeano y El Micha reavivan su rivalidad con nuevas tiraderas y ofensas familiares
Hace 1 día