En el contexto económico actual de Cuba, las monedas extranjeras —especialmente el dólar (USD), el euro (EUR) y la moneda libremente convertible (MLC)— continúan imponiéndose frente al peso cubano (CUP), reflejando la debilidad sostenida de la moneda nacional y alimentando la inflación real.
Según los datos más recientes del mercado informal, tomados de los reportes del medio independiente elTOQUE y replicados por diversos portales, el dólar se cotiza actualmente en torno a 445 CUP.
El euro se mantiene como la divisa líder y se sitúa en 495 CUP. En cuanto a la MLC —la moneda usada en muchas tiendas en divisas— su valor informal ronda los 265 CUP por cada MLC.
Estos valores implican importantes consecuencias cotidianas. Cada entrada de dólares, euros o MLC representa una compra de bienes y servicios en CUP mucho más costosa: por ejemplo, 100 USD equivalen a 44 500 CUP; 100 EUR equivalen a 49 500 CUP y 100 MLC se traducen en 26 500 CUP.
La persistente devaluación del peso cubano frente al dólar y al euro no es nueva. Desde 2022, el mercado informal ha expresado una elevada volatilidad: alzas abruptas seguidas de estabilizaciones temporales, pero casi nunca una recuperación del poder adquisitivo del CUP.
La MLC sigue consolidándose como una “segunda moneda” de facto dentro de la economía cubana: tiendas en divisas, pagos de servicios, y remesas suelen manejarse en MLC o en dólares/euros.
Su cotización frente al CUP evidencia que la demanda de divisas no da tregua: quienes reciben remesas, o pueden acceder a monedas “fuertes”, conservan un nivel de vida relativamente estable, mientras que quienes dependen solo de ingresos en CUP experimentan una pérdida constante de poder adquisitivo.
Para muchos ciudadanos, este escenario profundiza la desigualdad: el valor elevado de los valores de referencia (USD, EUR, MLC) genera una brecha entre quienes logran “convertir” su dinero en divisas —con acceso a tiendas en MLC o importaciones—, y quienes viven con ingresos fijos en pesos cubanos, obligados a afrontar precios crecientes en productos básicos, alimentos o transporte.
Hoy el dólar, el euro y la MLC marcan el pulso real de la economía cubana. El peso cubano se devalúa frente a ellos, y la MLC sigue siendo crucial para sobrevivir en una economía saturada de escasez y altos precios.
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