Un cubano, que en algún momento fue guitarrista del Buena Vista Social Club, hoy se abre camino a una nueva vida en Uruguay.
Gilberto Méndez fue entrevistado por el diario El Pueblo tras asentarse en una pequeña localidad uruguaya conocida como Salto, a donde llegó a finales del año pasado, como uno más de los cientos de miles de cubanos que han dejado la isla en busca de otro futuro.
“Vine eventualmente buscando algo para mi familia: libertad; buscando que mi familia, mis nietos, ya no estén en mi país, tan comprometido. Tenía un dinero ahorrado y dije: me voy. Y salí a buscar…En mi recorrido llegué a Salto y acá estoy”, explica en la entrevista donde agradece haber recibido apoyo local.
El hombre emigró con la familia completa, según su propio relato, aunque llegado el momento, se producirán separaciones.
“Vinimos 7 personas, casi 8…(risas), porque mi hija vino embarazada y parió aquí. Tengo dos hijos, un varón y una hembra. El varón está en Montevideo, vino conmigo para acá pero su afán y el de su esposa siempre fue Montevideo y están allá, con dos niñitos. En Salto quedamos mi esposa, mi hija y yo. Mi hija tiene un uruguayito que nació aquí, hijo de un cubano que ahora está en Barcelona, donde ella se reunirá con él luego que el niño pueda ya viajar, agosto o setiembre. Acá nos quedaríamos mi esposa y yo”.
Entre todo el talento que se marcha de Cuba a veces ni se conoce a fondo todo lo que está perdiendo el país. Se van, médicos, maestros y artistas; se van jóvenes pero también se van hombres de la tercera edad que serían quienes deberían transmitir sus saberes a las nuevas generaciones. Cuba se desmembra.
Méndez es uno de ellos, además de guitarrista es luthier capaz de arreglar casi todo tipo de instrumentos de cuerdas y además de construirlos. También es ebanista. Ahora trabaja en Uruguay y pretende dar talleres para transmitir sus conocimientos en ese país.
“Quiero hacer las dos cosas, implementar talleres sobre marquetería, taracea, que son cosas artesanales, y hacer también algo de un estilo ruso de talla en madera. Pienso en talleres de todo eso cuando la cosa vaya mejorando. Por ahora estoy fabricando instrumentos, tengo algunos ya para la venta.
Reparo instrumentos de todo tipo, eléctricos y acústicos, llego incluso hasta el arpa, violín, violonchelo, bajo, todo instrumento de cuerda, sea reparar o fabricar nuevos. También hago restauración de muebles antiguos”, dice emocionado con todo lo que espera lograr en el país que lo ha acogido.
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