Desde febrero de 2019 el interés por los resultados de “la bolita” en Cuba ha ido en crecimiento. El alza paulatino de los precios de los productos de primera necesidad y la caída del valor real de los salarios ha despertado la motivación en la población cubana por el famoso juego de apuestas.
Con el reordenamiento monetario, en pleno desabastecimiento e inflación, encontrar alguna entrada extra es preocupación en las familias cubanas. Las mediciones de los interés de búsqueda en Google arrojan que si aumenta el interés por el tema “precios” se dispara el interés por “la bolita”.
Las provincias orientales, donde se experimenta mayor precariedad económica son las más apegadas a este juego de azar. Según las motivaciones de búsquedas Guantánamo, la provincia más pobre de la isla, es la que ve con mayor fuerza este juego ilegal como manera de ingreso.
La subida nominal de los salarios no acaba con esta tradición de intentar probar suerte para aliviar la economía familiar. Aunque el código penal cubano podría encarcelar a los boliteros hasta por 4 años, la verdad es que el gobierno se hace de la vista gorda. La bolita es una vía de escape en medio de la inflación de los últimos años.
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