El pasado 24 de septiembre, un accidente aéreo en el Aeropuerto Internacional "Simón Bolívar" de Maiquetía, Venezuela, dejó al descubierto una compleja red de influencias que conecta a las élites de Cuba y Venezuela con empresarios panameños.
La tragedia, que cobró la vida de los dos tripulantes de un Learjet 55 matrícula YV3440, dejó con vida a dos pasajeros, entre ellos Ramón Carretero Napolitano, un empresario cercano al chavismo y a la familia presidencial venezolana, cuyos contratos con el régimen de Nicolás Maduro superan los 800 millones de dólares desde 2013.
Una investigación conjunta realizada por Armando.Info, el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), Transparencia Venezuela en el Exilio y el diario La Prensa de Panamá revela que los vuelos del Learjet 55 YV3440, involucrado en el accidente, seguían un itinerario que conectaba La Habana, Caracas y Panamá. En este recorrido se identifican diversas figuras vinculadas a los círculos de poder en Cuba y Venezuela.
Los documentos obtenidos por esta investigación periodística muestran que la aeronave siniestrada no solo transportaba negocios y ejecutivos, sino que funcionaba como un puente aéreo entre Caracas, La Habana y Panamá. Entre los pasajeros frecuentes se encuentra Raúl Guillermo Rodríguez Castro, nieto del exmandatario cubano Raúl Castro, conocido en la Isla como “El Cangrejo”, quien ha viajado repetidamente entre estos destinos utilizando aeronaves de Carretero Napolitano.
Desde 2020, Carretero Napolitano ha utilizado al menos dos aviones privados, el HP-715 y el YV3440, para trasladarse entre Panamá, Venezuela y Cuba. En ese periodo, Rodríguez Castro ha viajado en varias ocasiones con el empresario panameño, incluyendo fechas estratégicas como las elecciones presidenciales de Panamá en mayo de 2024 y la toma de posesión del presidente José Raúl Mulino en julio del mismo año. Estos vuelos evidencian un patrón de relaciones cercanas entre el empresario y la nomenclatura cubana, consolidando un eje de poder privado que trasciende fronteras.
El alcance de esta red se amplía con la designación de Edwin Abel Pitty Madrid, un exapoderado de las empresas de Carretero Napolitano, como embajador de Panamá en Cuba en noviembre de 2024.
Pitty Madrid, sin experiencia diplomática, había representado a Carretero en empresas clave como Corporación Logística del Caribe y Lanvicorp, gestionando contratos multimillonarios con el régimen venezolano, incluidos suministros de electrodomésticos, juguetes y neumáticos. Su nombramiento como diplomático cierra un triángulo estratégico de influencia entre Caracas, La Habana y Panamá.
Los contratos y movimientos migratorios documentados revelan cómo un empresario privado puede operar como intermediario entre gobiernos autoritarios, facilitando tanto negocios como conexiones políticas de alto nivel.
A pesar de los rumores sobre la salud de Carretero Napolitano tras el accidente, sus operaciones continúan en Caracas y los vuelos hacia Cuba y Panamá siguen registrando la presencia de actores clave del régimen cubano, consolidando un entramado que combina poder económico, influencia política y vínculos familiares.
El accidente del YV3440 expuso, así, no solo los riesgos de los vuelos privados en la región, sino la existencia de un sofisticado puente aéreo entre dictaduras, donde empresarios, militares y familiares de los líderes del poder interactúan bajo un velo de secretismo. Esta red revela la manera en que las élites latinoamericanas operan más allá de la visibilidad pública, utilizando recursos privados y vínculos diplomáticos para mantener su influencia sobre gobiernos y sociedades enteras.
Fuente: Armando INFO
Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP)