Cuba sostiene a Maduro para evitar su propia caída
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 21 de noviembre de 2025
La histórica alianza entre La Habana y Caracas enfrenta uno de sus momentos más críticos. Mientras Venezuela navega entre presiones internas y externas que ponen en duda la permanencia de Nicolás Maduro en el poder, Cuba —su principal aliado político y económico— intenta asegurar su propia supervivencia en medio de un deterioro acelerado.
Desde principios de los 2000, cuando la alianza entre Fidel Castro y Hugo Chávez se consolidó, la influencia cubana en Venezuela creció hasta abarcar prácticamente todos los niveles del aparato estatal. Agentes de inteligencia, asesores militares y funcionarios enviados desde La Habana ocuparon posiciones clave, especialmente dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Ese entramado permitió al chavismo mantenerse en el poder, pero dejó profundas fracturas internas.
Según múltiples análisis, la desconfianza dentro de las fuerzas armadas venezolanas es hoy uno de los principales obstáculos para cualquier intento de ruptura interna. Las comunicaciones están intervenidas y muchos oficiales temen que cualquier comentario pueda llegar directamente a los servicios de inteligencia cubanos. Esa estructura de vigilancia, diseñada para evitar conspiraciones, también debilita la capacidad de la FANB para actuar de manera cohesionada en un escenario de crisis o ante una amenaza externa.
En los últimos meses, emisarios de alto nivel del chavismo —incluidos representantes cercanos a Maduro, Diosdado Cabello y los hermanos Rodríguez— han enviado señales a Washington buscando negociar salidas alternativas. Entre las propuestas filtradas figuran una transición liderada por Delcy Rodríguez sin Maduro en el poder, así como la opción de otorgarle al mandatario un período de entre dos y tres años para abandonar Caracas y convocar elecciones. Todas han sido rechazadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien no considera creíbles estas iniciativas tras años de maniobras dilatorias por parte del régimen venezolano.
El panorama internacional tampoco favorece a Caracas. Rusia está concentrada en su guerra contra Ucrania y ha reducido su margen de maniobra en América Latina. China continúa interesada en los recursos venezolanos, pero no está dispuesta a entrar en un conflicto geopolítico con Estados Unidos tan lejos de su territorio. Irán, enfrentado a una crisis interna y a la presión constante de Israel, tampoco puede ofrecer más que apoyo simbólico.
La fragilidad de Maduro tiene un impacto directo en Cuba, cuyo deterioro económico ya roza niveles insostenibles. Con una pobreza que, según organizaciones independientes, afecta a la mayor parte de la población, salarios que no cubren ni una mínima alimentación mensual, apagones constantes y un turismo prácticamente inexistente, el régimen de La Habana ve en la permanencia de Maduro un factor indispensable para su propia estabilidad. La caída del chavismo podría significar el colapso definitivo del modelo cubano.
Por ello, pese a las presiones internacionales y al desgaste interno, Cuba se mantiene como el último sostén firme del chavismo. No por ideología —que hace tiempo dejó de ser el motor principal— sino por supervivencia. Para ambos gobiernos, resistir un poco más es la única estrategia posible en un tablero que se inclina cada vez más hacia el cambio.
Fuente: Infobae