Un caso ocurrido en el distrito de Shahjahanpur, en el estado de Uttar Pradesh, India, ha estremecido al país y reabierto el debate sobre la persistente discriminación de género. Una bebé recién nacida fue enterrada viva, presuntamente por ser niña, y aunque logró ser rescatada con vida, falleció días después en el hospital debido a las graves lesiones e infecciones sufridas.
El hecho fue descubierto cuando un vecino, identificado como Dubloo, vio una pequeña mano sobresaliendo de la tierra cerca del río Bahgul. Al acercarse, comprobó que la bebé respiraba débilmente, por lo que alertó de inmediato a las autoridades. La menor fue trasladada al hospital local, donde el personal médico la bautizó como “Pari”, que significa “ángel” en hindi.
Durante una semana, el equipo médico luchó por salvarla, pero finalmente la pequeña murió el 21 de septiembre. “Milagros ocurren, pero sus heridas eran demasiado graves”, declaró el doctor Rajesh Kumar, pediatra del Shahjahanpur Medical College, a medios locales.
La policía abrió una investigación para identificar a los responsables. Según el oficial Gourav Tyagi, las hipótesis apuntan a que la bebé fue enterrada intencionalmente por su género, una práctica tristemente común en algunas zonas rurales de la India, donde aún persiste una marcada preferencia por los hijos varones.
En el país, el infanticidio femenino y los abortos selectivos por sexo siguen siendo un problema estructural, pese a estar prohibidos desde 1994. Las causas se relacionan con tradiciones patriarcales y factores económicos: los varones heredan la propiedad y perpetúan el linaje, mientras las hijas son vistas como una carga por el costo de la dote matrimonial.
“El nacimiento de una niña aún se percibe como un infortunio en muchos hogares”, explicó la activista Kamaljeet Kaur, quien denunció que la presión social lleva a muchas familias a cometer actos atroces. En Shahjahanpur, la proporción de género refleja esa desigualdad: apenas 872 mujeres por cada 1.000 hombres, según el último censo citado por CNN.
Vecinos y personal médico lamentaron la muerte de la pequeña “Pari”. La enfermera Sarita Singh describió la tristeza del equipo: “Fue devastador verla morir. Todos la considerábamos nuestra hija”.
El caso ha generado una ola de indignación y llamados a la acción por parte de organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y la infancia, que exigen endurecer las sanciones y reforzar la educación contra la discriminación de género.
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