Una tragedia sacudió la ciudad de Qianxi, en la provincia de Guizhou, al sur de China, cuando al menos cuatro barcos turísticos volcaron debido a fuertes rachas de viento, provocando la muerte de diez personas y dejando alrededor de 70 heridos.
Las embarcaciones, que transportaban turistas locales, se encontraban navegando en el embalse del río Hongfeng cuando fueron sorprendidas por un repentino cambio en las condiciones climáticas.
Según informaron las autoridades locales, los barcos fueron arrastrados por ráfagas de viento intensas que causaron su volcamiento casi simultáneo. Equipos de emergencia acudieron de inmediato a la zona y lograron rescatar a decenas de personas del agua. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los socorristas, diez personas perdieron la vida y otras permanecen hospitalizadas con diversas lesiones, algunas de ellas de gravedad.
El gobierno provincial abrió una investigación para esclarecer las circunstancias exactas del accidente y determinar si las embarcaciones cumplían con las normas de seguridad exigidas para el transporte turístico. Se ha puesto especial atención en si hubo alertas meteorológicas previas que no fueron atendidas o si existieron fallos de comunicación entre las empresas operadoras y las autoridades portuarias.
Este trágico suceso genera una ola de preocupación sobre la seguridad en las actividades turísticas acuáticas en el país, especialmente en épocas de cambios meteorológicos bruscos. Las imágenes del rescate, difundidas en medios locales, muestran a los equipos trabajando contrarreloj para salvar a los pasajeros, muchos de los cuales no portaban chalecos salvavidas en el momento del accidente.
La ciudad de Qianxi, conocida por sus paisajes montañosos y sus rutas fluviales, es un destino turístico popular, especialmente durante los fines de semana y festivos. Este accidente podría tener un impacto significativo en la percepción del turismo en la región y ha llevado a las autoridades a anunciar una revisión exhaustiva de las condiciones de seguridad de todas las actividades acuáticas.
Mientras continúa la investigación, los familiares de las víctimas han comenzado a llegar a la zona en busca de respuestas, mientras el país lamenta una nueva tragedia que pone en el centro del debate la prevención y la responsabilidad en el sector turístico.
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