Este no es un caso nuevo, sino el seguimiento a una denuncia previa de maltrato infantil extremo que conmocionó a Cienfuegos y a miles de personas en redes sociales. Un caso que, de no haber sido visibilizado, pudo haber quedado impune. Así lo recordó y documentó Guillermo Rodríguez Sánchez desde su perfil de Facebook, quien dio continuidad a una investigación ciudadana que obligó a las autoridades a actuar.
Meses atrás, imágenes y videos estremecedores mostraron el cuerpo de un niño con quemaduras graves en la espalda, presuntamente provocadas con café hirviendo por su propia madre, Marlenis Cosme Nodal. Aquella evidencia destapó una realidad aún más cruel: no se trataba de un hecho aislado, sino de un patrón sistemático de abusos contra sus tres hijos.
Según las denuncias recopiladas, los niños sufrían quemaduras frecuentes con líquidos hirviendo, planchas, cigarros y metales calientes, además de golpizas reiteradas.
Tras la primera ola de denuncias públicas, Marlenis desapareció del escenario digital. Cerró su perfil de Facebook y se mantuvo escondida, esperando según señala Rodríguez Sánchez que la indignación social “se enfriara”.
Sin embargo, el seguimiento constante del caso, sumado a la colaboración de ciudadanos y vecinos, permitió verificar plenamente su identidad y localizarla.
La presión social y las evidencias acumuladas derivaron finalmente en la intervención de las autoridades de Cienfuegos, que confirmaron mediante entrevistas comunitarias que los maltratos eran continuos y de gran severidad.
Como resultado, los tres niños fueron retirados de su custodia, una medida que marca un punto de inflexión en este doloroso proceso.
Actualmente, los menores se encuentran alojados en la escuela especial Dionisio San Román Toledo, una institución interna de la provincia.
Aunque están lejos de su agresora y fuera de peligro inmediato, Guillermo Rodríguez Sánchez ha señalado que esta solución no debería ser definitiva. Existe en Cienfuegos un hogar de niños sin amparo familiar, con personal capacitado para brindar atención emocional, estabilidad y un entorno más cercano a una estructura familiar, algo esencial para niños con traumas tan profundos.
En cuanto a Marlenis Cosme Nodal, permanece bajo investigación, con un expediente abierto en el que se documentan los múltiples abusos cometidos contra sus hijos.
De confirmarse legalmente los hechos denunciados, podría enfrentar graves consecuencias penales, acordes a delitos de violencia y maltrato infantil agravado.
Su destino ahora depende del curso de la justicia, pero ya no del silencio.
Este seguimiento demuestra que la visibilidad salva vidas. Gracias a la denuncia persistente, hoy tres niños están lejos del terror que vivieron en su propio hogar. No es una victoria, pero sí un acto de responsabilidad colectiva que evitó un daño mayor y abrió la puerta a la justicia.
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