El Hospital Provincial “Dr. Gustavo Aldereguía Lima” de Cienfuegos se ha convertido en el reflejo más crudo del derrumbe sanitario que atraviesa Cuba. El opositor cienfueguero Raúl González denunció en un impactante video la situación vivida la noche del 26 de septiembre, cuando tuvo que acudir a la institución en código amarillo y se encontró con un panorama desolador.
Según sus propias palabras, todas las camillas estaban ocupadas y lo más alarmante: los médicos informaban directamente a los familiares que no había medicamentos ni insumos médicos disponibles para atender a los pacientes.
En otras palabras, los profesionales de la salud, agotados y sin herramientas para trabajar, no podían hacer más que dar diagnósticos vacíos, mientras la desesperación crecía en los pasillos.
Las imágenes y testimonios muestran el colapso absoluto del sistema de salud pública cubano, otrora presentado como “potencia médica”.
Lo que se vive hoy en hospitales de provincias como Cienfuegos, Villa Clara o Camagüey es la consecuencia de años de abandono, priorización de la propaganda y del control político por encima de las necesidades básicas de la población.
Mientras los hospitales se caen a pedazos y los enfermos mueren sin atención adecuada, el régimen destina recursos millonarios a sostener campañas de imagen en el exterior, mantener la represión interna y enviar brigadas médicas a otros países como fuente de divisas.
Los cubanos de a pie, sin embargo, enfrentan la peor cara de esa contradicción: acudir a un hospital y no encontrar ni una jeringuilla, ni un antibiótico, ni siquiera un analgésico.
La denuncia de Raúl González no es un hecho aislado. Cada semana se multiplican los testimonios de familias que pierden a sus seres queridos por falta de un medicamento básico, o de pacientes que deben recurrir al mercado negro para conseguir lo que debería estar garantizado en cualquier sistema de salud digno.
La pregunta que queda en el aire es inevitable: ¿hasta cuándo podrá soportar el pueblo cubano esta realidad? El derecho a la salud, consagrado en cualquier sociedad civilizada, ha sido arrebatado a millones de ciudadanos, convertidos en víctimas de un sistema que prioriza la ideología sobre la vida humana.
El colapso sanitario ya no es un rumor ni una percepción: está documentado, a la vista de todos y denunciado incluso dentro de los propios hospitales. El silencio oficial solo confirma lo que la gente ya sabe: la salud pública en Cuba está en terapia intensiva.
Fuente: La Tijera
Video: Yosmany Mayeta
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