Una nueva historia de negligencia médica en un hospital cubano llega a las redes sociales. En este caso, el lamentable suceso ocurrió en el centro de la isla, y cobró la vida de una anciana de 77 años-.
La cubana Enysbel Padrón González, quien dijo sentirse triste, compartió una publicación en las redes sociales y aseguró que no quedará impune la muerte de su familiar.
“Maldigo el sistema de salud cubano renombrado gran potencia médica, maldigo sus errores, los que cuestan la vida a nuestros seres queridos, maldigo la mala situación de ese país, y los maldigo por las lágrimas y el sufrimiento de nosotros y de nuestra familia”, escribió.
Mientras que, en Facebook, Mercedes Hernández Álvarez, hija de Aida Álvarez Álvarez, mujer de 77 años de Sancti Spiritus, que falleció en la noche del 13 de septiembre en el hospital Camilo Cienfuegos de esta ciudad, compartió más detalles.
Según su post, fue una negligencia médica en la Sala de Cuidados Intermedios junto a la indolencia del personal de guardia en dicha sala, las que pusieron fin a la vida de la señora.
Mercedes Hernández estuvo junto a su madre hasta que dijo adiós y vio todo lo que ocurrió a partir del viernes 11 de septiembre, cuando ambas llegaron al hospital.
Aida tenía fiebre alta, dolor de cabeza y diarreas. Por su edad y estado de salud, los médicos que la atendieron en Urgencias decidieron ingresarla.
Al día siguiente, le hicieron las pruebas indicadas por la doctora que la atendió en el Cuerpo de Guardia, sin embargo, la señora comenzó a empeorar. La vieron varios especialistas que ordenaron análisis que dieron como resultado “insuficiencia renal crónica”.
A pesar de las dificultades lograron estabilizarla y todo salió bien, al punto de que Mercedes agradece en su post el trabajo del equipo que la atendió ese día.
“Difícil encontrar las palabras para expresar toda mi gratitud al equipo de médicos y enfermeras que laboran en el Hospital Clínico Quirúrgico de la provincia de Sancti Spíritus, específicamente en la ‘Sala 4G’, los que pusieron todo su empeño en salvarle la vida a mi adorada madre… Son unos verdaderos innovadores; superaron lo insuperable para cumplir su objetivo de salvar vidas”, dijo.
Lamentablemente, en el cambio de guardia, el nuevo equipo trasladó a Aida a la sala de cuidados intermedios donde, inicialmente, tenía los cuidados especializados que su caso necesitaba.
Sin embargo, allí no recibió luego buenas atenciones.
“Para que mi madre fuese atendida tuve que implorarlo en reiteradas ocasiones. Todos iban a su aire, sin mucha prisa y ningún interés. Así pasaban las horas, pidiendo criterios de cirujanos, indicando ultrasonidos, pruebas de laboratorio y todo, repito, a su aire”, dijo.
“¿Para qué sirven las historias clínicas? Todas las analíticas estaban realizadas de ese mismo día, al igual que ultrasonidos, gasometría, valoración de cirujanos, informe de urología… Salta a la vista las pocas ganas de trabajar que tenían. Para mí [repetir todas esas pruebas] es una forma de dilatar la atención y dejar constancia para justificar su actuación”, añadió.
Aida seguía empeorando.
“Cuando realmente se dieron cuenta que mi madre se estaba muriendo comenzaron a correr… la medicaron sin leer su historia clínica… y cuando llamaron a la jefe de Cuidados Intensivos ya era demasiado tarde”, relató Mercedes que tuvo que abandonar la sala cuando su madre se complicó más.
“Que mi madre haya muerto, lo puedo entender… Todos vamos a morir algún día. Pero que lo haya hecho por dejadez y negligencia médica, eso ya no lo puedo aceptar callada”, denunció.
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