El primer ministro designado en Cuba, Manuel Marrero Cruz, señaló la víspera que los dirigentes cubanos no tienen que abochornarse por la situación actual ni el alcance que ha tenido la epidemia en la isla.
“No tenemos que estar avergonzados porque la situación haya rebasado las capacidades de nuestras instituciones, eso es entendible”, dijo el político además señalando que “ha pasado en todo el mundo”.
Marrero Cruz, enfatizó entonces: “tenemos que abochornarnos cuando por encima de esa presión que nos pone la pandemia, los efectos se multipliquen por chapucerías, negligencias, errores, por no hacer las cosas debidamente.
Sus declaraciones salen a la luz tras el recorrido por tres provincias consideradas críticas por la epidemia, por el gobierno cubano, aunque desde todos los territorios de la isla denuncian situaciones similares.
Marrero se refirió a Ciego de Ávila y Guantánamo, demarcaciones que están entre los cinco territorios más complicados con la epidemia de la COVID-19 en Cuba: allí contabilizan cada una más de 13 400 y 9 200 casos, respectivamente, en las últimas dos semanas. También en Holguín, la tercera provincia más poblada de la nación, se ha complejizado la situación epidemiológica y están sobre los 8 000 los positivos confirmados allí en 15 días, dijo la prensa estatal.
Luego de las tres reuniones realizadas en Ciego de Ávila, Holguín y Guantánamo, el Primer Ministro consideró que “los planes no acaban de diseñarse con medidas más efectivas que permitan lograr un mejor enfrentamiento a la enfermedad. Anda por un lado lo que se plantea en esos documentos, dijo, y por otro la realidad en dichas provincias”, situación que no da muchas esperanzas para el control de la epidemia.
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