Un ataque con explosivos sacudió este lunes un exclusivo complejo residencial en el noreste de Moscú, resultando en la muerte de Armen Sarkisyan, presidente de la Federación de Boxeo de la autoproclamada República Popular de Donetsk y fundador del batallón Arbat, junto con uno de sus guardaespaldas. Según el diario Kommersant, al menos cuatro personas más sufrieron heridas a causa de la explosión.
El incidente ocurrió en el complejo de lujo Aliye Parusa, ubicado a orillas del río Moscova, a unos 12 kilómetros del Kremlin. La agencia estatal rusa TASS calificó la explosión como un asesinato premeditado. Sarkisyan, de 46 años, mantenía estrechos vínculos con el expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich y figuraba en una lista internacional de personas buscadas por su presunta participación en hechos de violencia ocurridos en Kiev en 2014, durante las protestas del Euromaidán.
La detonación se produjo cuando Sarkisyan y su equipo de seguridad ingresaban al vestíbulo del edificio, el cual sufrió graves daños. Medios locales informaron que el paramilitar quedó gravemente herido por la metralla y fue trasladado a un hospital, donde falleció horas más tarde. Un portavoz policial citado por TASS aseguró que el ataque fue "cuidadosamente planificado" y que las autoridades están investigando a los posibles responsables. Hasta el momento, Ucrania no ha hecho declaraciones sobre el hecho.
Tras la explosión, equipos de emergencia determinaron que la estructura del edificio no sufrió daños significativos y no presenta riesgo de colapso. Mientras tanto, unidades especializadas revisaron la zona para descartar la presencia de más explosivos.
El batallón Arbat, fundado por Sarkisyan, es una unidad de voluntarios prorrusos de origen armenio que se formó tras el inicio de la invasión de Ucrania. Ha participado en combates clave, como la batalla de Adiivka, y según reportes de blogueros militares, actualmente opera en la región de Kursk en el marco de las ofensivas rusas contra las tropas ucranianas.
Este ataque se suma a una serie de atentados dirigidos contra figuras militares y de seguridad rusas en los últimos meses. En diciembre, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) estuvo detrás de la muerte del teniente general Igor Kiríllov, jefe de las Fuerzas de Defensa Nuclear, Biológica y Química de Rusia, mediante un explosivo oculto en un patinete. Kiríllov había sido señalado por Kiev como responsable de autorizar el uso de armas químicas en el conflicto.
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