La Coalición Cubana Canadiense condena enérgicamente la detención arbitraria de José Gabriel Barrenechea, un reconocido intelectual, escritor y defensor de la libertad en Cuba, quien ha sido injustamente privado de su libertad desde el 8 de noviembre de 2024. Su único "delito" ha sido ejercer su derecho humano fundamental a la protesta pacífica, acompañado por más de 200 cubanos en Encrucijada, provincia de Villa Clara, alzando su voz en legítima demanda de cambios para su patria, agotada por décadas de represión y miseria.
A pesar de actuar de manera absolutamente pacífica, José Gabriel fue acusado falsamente de "desorden público", una imputación absurda que ha sido completamente desmentida gracias a un vídeo ampliamente difundido en redes sociales. Dicho material audiovisual muestra su comportamiento sereno, respetuoso y solidario, confirmando que en ningún momento hubo alteración del orden por su parte. No obstante, el régimen cubano ha decidido, en un acto de brutal prepotencia y desprecio por la verdad, mantenerlo tras las rejas.
La detención de José Gabriel no solo constituye una violación flagrante de los derechos humanos, sino que también ha devastado emocionalmente a su entorno familiar. Su madre, una anciana de salud muy delicada, depende enteramente de su presencia y apoyo para sobrevivir. Hoy enfrenta una dolorosa soledad, mientras carga con la angustia de saber a su hijo secuestrado por un sistema que aplasta la dignidad humana.
Este nuevo atropello, orquestado bajo la dirección de Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta, expone sin máscaras la deshumanización absoluta que define a la cúpula del poder en Cuba. Ambos, lejos de actuar como servidores del pueblo, representan hoy la cara visible de un régimen sordo a los reclamos ciudadanos, insensible ante el dolor de las familias cubanas y determinado a perpetuar su control a toda costa.
Lis Cuesta, lejos de utilizar su posición para promover iniciativas a favor del pueblo, ha sido partícipe activa del cinismo gubernamental, apoyando políticas de represión y aislamiento internacional. Su indiferencia ante las violaciones de derechos humanos confirma su complicidad en la tragedia nacional que vive Cuba.
Miguel Díaz-Canel, por su parte, continúa aferrado a un discurso vacío y una práctica brutal de control social, criminalizando toda forma de disenso y legitimando la violencia estatal contra quienes, como José Gabriel Barrenechea, alzan su voz de manera pacífica.
La apatía de ambos líderes ante los presos de conciencia y sus familias no solo es inmoral, sino criminal. Pasarán a la historia como responsables directos de uno de los capítulos más oscuros de la represión en Cuba, donde el miedo, la censura y el abuso de poder fueron instrumentos cotidianos de gobierno.
Por todo esto, la Coalición Cubana Canadiense exige:
Urgimos a la comunidad internacional, a las organizaciones de derechos humanos y a todos los gobiernos democráticos a actuar con urgencia y determinación en defensa de José Gabriel Barrenechea y de todos los prisioneros políticos en la isla.
¡Basta ya de represión, cinismo y sufrimiento!
¡Libertad para José Gabriel Barrenechea y para todos los presos de conciencia en Cuba!
Coalición Cubana Canadiense
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