El artista cubano Hamlet Lavastida ha sido detenido en Villa Marista y se encuentra bajo proceso de investigación.
En comunicación telefónica así lo informaron, la víspera, las autoridades de la isla a la madre de Lavastida, quien viajó a Cuba desde Alemania el 21 de junio, al finalizar su residencia en la galería Künstlerhaus Bethanien, en Berlín.
Tras cumplir los días de aislamiento establecidos por la dictadura, en los que, además, recibió la visita de un agente de la Seguridad del Estado, el artista fue llevado a lo que se considera el cuartel de este órgano represivo.
La periodista independiente Mónica Baró Sánchez compartió sin impresiones al despertar y saber la noticia del arresto de Hamlet Lavastida:
He despertado con la noticia de que el artista Hamlet Lavastida fue llevado para Villa Marista directamente desde el centro de aislamiento en el que se encontraba confinado, tras su regreso a Cuba de una beca en Alemania, a pesar de haber aportado evidencias de estar vacunado y negativo a la Covid.
A mí no me sorprende esta noticia. Hace tiempo que no me sorprende nada de la Seguridad del Estado. Para preservar el poder de la familia Castro y asociados -no la Revolución, no conquistas sociales, no soberanía- va a hacer de todo. Ya ha hecho de todo.
Desde los años sesenta el gobierno cubano viene destruyendo vidas y familias bajo el argumento de que Cuba necesita defenderse. Ahora nos enteramos más gracias a Internet, pero Hamlet Lavastida es un artista de muchos. Parece que de su arte también “Cuba”, que es decir los privilegiados, necesitan defenderse.
En uno de los interrogatorios que tuve el año pasado, el agente que me atendió en los últimos meses en Cuba me dijo: “tú sabes cuántas Mónicas yo he tenido delante?” Me lo dijo como alardeando. Pero la buena noticia es que los guardianes de los privilegios de la familia Castro siempre van a tener a alguien como yo delante. Mientras en Cuba no existan libertades, habrá gente que se rebele.
Y si estamos en Cuba, defenderemos esa libertad en Cuba. Yo la defendí con mi trabajo, no dejé de reportar nunca. Las últimas entrevistas para las historias en las que trabajo ahora las hice pocos días antes de salir de Cuba. Fuera de Cuba sigo trabajando por la verdad y por el derecho a ejercer la libertad de expresión. Se equivocan si creen que fuera de Cuba nos olvidaremos de Cuba.
Mientras más repriman, más caerán las máscaras. Lo que está haciendo la Seguridad del Estado con Hamlet ahora, lo que está haciendo con los manifestantes del 30 de abril y con tantos otros periodistas y activistas, define al gobierno cubano como nada. Sus víctimas son quienes le definen. Y ninguna vacuna va a servir a los poderosos para limpiarse ante el mundo.
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