Un anciano cubano de 83 años que salió de la isla el 29 de mayo junto a su hijo, logró llegar a Estados Unidos luego de una travesía que incluyó seis países: República Dominicana, Jamaica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México.
En este último, tuvo que caminar casi tres horas por el desierto para poder cruzar la frontera. Esber Rodríguez, natural de Holguín, fue recibido por sus tres hijas y nietos el pasado lunes en el aeropuerto de Tampa, con globos y banderas estadounidenses.
Después de la difícil travesía hasta el muro fronterizo de Baja California, estuvo en un centro de detención por nueve horas. Los familiares del anciano comentaron al periodista Daniel Benítez que en las últimas dos semanas han llegado otros parientes a EE.UU., mientras dos más están en camino.
La historia de Rodríguez no es exclusiva dentro del drama migratorio actual, ante la severa crisis que azota a la isla y las reducidas posibilidades de migrar por vías irregulares. Desde finales del año pasado, el gobierno de Nicaragua eliminó el requisito de visado para los ciudadanos cubanos, desatando un éxodo sin precedentes.
En mayo, trascendió la experiencia de Martín Guzmán Fernández, de 82 años, quien llegó a Estados Unidos después de la larga travesía que le tomó 78 días desde su llegada a Nicaragua. “Estuvo menos de 24 horas y lo han tratado muy bien”, dijo su hijo sobre la atención que el anciano recibió en el centro de detención.
“Mi padre es parte de una de las generaciones perdidas, de cuando triunfó la revolución. Engañado como muchos”, contó. A pesar de su edad y afectaciones de salud, “tenía que seguir trabajando en el Ministerio de Construcción porque lo del retiro no le alcanzaba”, refirió, añadiendo que su padre padecía de diabetes y problemas en una vena, además de haber sufrido un infarto en la isla.
Una cubana de 82 años cruzó el Río Bravo en compañía de su nieto, igualmente en el mes de mayo. Tales decisiones reflejan la desesperanza del pueblo en medio de la crisis más aguda desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro.
La difícil situación la generó, en gran parte, las medidas económicas gubernamentales bajo la llamada Tarea Ordenamiento, que desataron una inflación con serias afectaciones para asumir los costos más elementales de la vida diaria. Expertos han reconocido que el “ordenamiento”, implementado desde 2021, afectó más a la población cubana de la tercera edad que sobrevive con esmirriadas pensiones.
“Cuestión que no es menor, porque estamos hablando, en el caso cubano, de un sector que representa alrededor del 20 por ciento de la población en su conjunto”, dijo la socióloga Elaine Acosta, directora ejecutiva de Cuido60, un Observatorio de envejecimiento, cuidados y derechos.
En declaraciones a la prensa oficialista, varios ancianos lamentaron la insuficiencia de las retribuciones para su jubilación en un entorno cada vez más encarecido. “¿Qué son hoy 1570 pesos?”, cuestionaba Enrique Rodríguez García, de 75 años, un filólogo que llegó a dominar hasta cuatro idiomas.
“Nunca viví del cuento, en su momento hice lo que debí hacer, y ahora me siento salarialmente maltratado, sin retribución. Padezco de anemia, no puedo salir a la calle por el riesgo a una caída, y mi situación necesita respuesta. Quiero ser medido con la misma regla que mide a todos, pero el asunto es que la regla se ha quedado corta”, dijo.
Los ancianos explicaron que gran parte de su pensión la destinaban solo a adquirir los medicamentos ineludibles para diversos padecimientos propios de la edad, mientras debían ingeniárselas para cubrir las otras necesidades, a veces hasta vendiendo sus pertenencias más preciadas.
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