En lo que va de 2024, la peligrosa travesía marítima desde Cuba hacia Miami ha cobrado la vida de al menos 142 migrantes cubanos. Estos "balseros" se arriesgan en precarias embarcaciones, buscando escapar de la crisis en su país, pero la ruta se ha convertido en una trampa mortal. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en total, 291 migrantes han muerto o desaparecido en las aguas del Caribe este año, un incremento significativo respecto al año anterior.
Andrew Scharnweber, jefe del sector de Miami de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, informó recientemente sobre la llegada de 21 cubanos en un bote de madera a los Cayos de Florida. Estos informes son frecuentes, reflejando la desesperación de quienes arriesgan todo por una vida mejor. A pesar de las advertencias, los cubanos siguen lanzándose al mar, enfrentando peligros extremos.
Edwin Viales, monitor regional de la OIM, alertó sobre los riesgos asociados con estas travesías. Las embarcaciones utilizadas, construidas con materiales rudimentarios, no están diseñadas para soportar las difíciles condiciones del mar abierto. El riesgo de ahogamiento es alto, y muchos desaparecen sin dejar rastro, víctimas de lo que se conoce como "naufragios invisibles", eventos que ocurren sin que nadie se percate.
La situación en el Caribe ha empeorado drásticamente este año. La ruta desde Cuba a Miami, considerada la más peligrosa, ha registrado el mayor número de víctimas, superando incluso otras rutas migratorias en la región. La crisis en Cuba ha desatado un éxodo masivo, y a pesar de los riesgos, muchos cubanos siguen prefiriendo esta vía para escapar.
Las cifras oficiales revelan que desde octubre de 2020 hasta marzo de 2023, la Guardia Costera de Estados Unidos interceptó a 12,866 cubanos en el mar, la mayoría de los cuales fueron deportados. Sin embargo, la desesperación por salir de Cuba no disminuye, y cada vez más personas se embarcan en estas peligrosas travesías.
Edwin Viales subrayó la necesidad de esfuerzos internacionales coordinados para salvar vidas en el Caribe, insistiendo en que las embarcaciones desaparecen sin dejar rastro debido a las peligrosas condiciones naturales y a las acciones de los traficantes de personas. Las autoridades estadounidenses también han advertido sobre estos peligros, recomendando el uso de vías legales para emigrar.
A pesar de los esfuerzos para disuadir estas peligrosas travesías, la crisis en Cuba sigue empujando a miles de personas a buscar desesperadamente una salida, con la ruta marítima hacia Estados Unidos siendo una de las más utilizadas, aunque trágicamente mortal.
(Con información de "El País")