Un reporte de la prensa independiente cubana publicado este martes, señala el abandono de varios cines en La Habana como muestra de la ruina y la destrucción que hoy envuelve a prácticamente todos los espacios públicos de la capital cubana administrados por las autoridades e instancias gubernamentales.
La Habana era una ciudad caracterizada por su cantidad de cines, pero la realidad de hoy dista bastante de tiempos mejores. Solo unas pocas solas permanecen funcionando como tales, pero algunas, como el cine Lux, se destinaron a almacenar materiales de construcción.
En la misma localidad, el Ambassador permanece cerrado y derruido. El Avenida y el Alba, corrieron la suerte de convertirse en sedes de grupos teatrales y danzarios, que se encargan de rehabilitarlos y evitar la destrucción total, indica el reporte de Diario de Cuba.
En Marianao, yace el Record, cuyo lobby es actualmente un vertedero de basura. Sin embargo, como destaca el texto, al interior de los municipios alejados del centro de la ciudad, la situación es más penosa.
Para muestra del declive basta subrayar el destino luctuoso de uno de los más emblemáticos cines de La Habana, el Payret, que hoy se somete a obras, pero no para recuperar sus funciones, sino para convertirse muy probablemente en otro complejo turístico administrado por el gobierno.
En redes sociales, el referido medio publicó imágenes de los cines Yara, Riviera, Chaplin y 23 y 12, los cuatro en el Vedado, que, por el momento, escapan del abandono y mantienen la programación de películas.
La publicación suscitó múltiples comentarios. “Disculpa. En la Habana queda algo. En Cienfuegos no existen ya los cines, increíble, pero muy cierto”, apuntó uno. “La obra destructora de la revolución”, opinó otro.
“Cines, tiendas, cafeterías, en fin todo destruido, que se puede esperar de ese régimen que solo piensan en vivir bien ellos nada más, no les interesa absolutamente nada del pueblo”, lamentó un tercer internauta.
En el verano de 2022, se reportó el colapso de un cine teatro en el municipio de Jobabo en La Tunas, donde se había instalado una plaga de murciélagos tras los largos años de abandono y desidia. Llevaba tres años cerrado precisamente por su situación constructiva hasta que finalmente cayó parte de su techo “provocando que la afectación fuera mucho mayor que lo que ya se veía a simple vista”.
Ciertamente, no son solo los cines las únicas obras emblemáticas o de valor cultural y patrimonial que sufren de condiciones semejantes. En la misma capital cubana, yace abandonado el legendario estudio de sonido del Instituto Cubanos del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), ubicado en el céntrico Paseo del Prado de la Habana Vieja.
“Estudio de sonido del ICAIC de Prado, en estado de destrucción total. Tengo entendido que hace mucho tiempo esta así. El sonido de una parte importante del cine cubano salió de esos estudios, es muy triste ver el abandono y la destrucción”, expresaba en octubre la extrabajadora del instituto cinematográfico cubano María Caridad Cumaná, quien se desempeña actualmente como profesora adjunta del Miami Dade College.
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