Desde el 28 de octubre, cuando el huracán Melissa azotó con furia el oriente de Cuba, no se tiene noticia alguna de Virginia Aguilera Cedeño y de sus hijos Daimelys Álvarez Aguilera y José C. Leiva Aguilera, residentes en el municipio Segundo Frente, cerca de Mayarí, en las inmediaciones del aeropuerto local.

El ciudadano Erick Estrada compartió en su perfil de Facebook un mensaje que ha sido ampliamente replicado por internautas dentro y fuera del país, en el que se pide ayuda para dar con el paradero de la familia desaparecida. La publicación dice textualmente:

“Desde el 28 de octubre, cuando el huracán Melissa comenzó a azotar el oriente de Cuba, no se tiene ninguna noticia de Virginia Aguilera Cedeño y sus hijos Daimelys Álvarez Aguilera y José C. Leiva Aguilera.

Viven en Segundo Frente, por Mayarí, cerca del aeropuerto.

Los familiares y allegados, desesperados, buscan alguna señal de que están con vida y estén bien.

Sabemos que la comunicación está complicada ahora mismo, donde muchas familias están incomunicadas, pero la solidaridad entre cubanos es esencial.

Si has visto a esta familia, si sabes algo, si tienes un vecino o pariente en esa zona que pueda averiguar… cualquier dato puede marcar la diferencia.

Para informes, escribe a Lorena al email: lorenagv020702@gmail.com.”

El mensaje de Estrada refleja la tragedia humanitaria que se vive en las provincias orientales tras el paso del huracán Melissa.

Miles de personas permanecen sin electricidad, sin comunicación telefónica ni acceso a internet, lo que dificulta la localización de desaparecidos y la coordinación de ayuda entre comunidades.

En Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín y Granma, se reportan decenas de familias incomunicadas desde hace días. Organizaciones civiles dentro de la isla y activistas en el exilio han comenzado a recopilar nombres de personas desaparecidas, ante el silencio de los medios oficiales, que hasta ahora solo han emitido reportes parciales de daños materiales.

La historia de Virginia Aguilera y sus hijos resume el drama de cientos de familias cubanas atrapadas en la incertidumbre, sin saber si sus seres queridos sobrevivieron.

Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en el único canal de esperanza y búsqueda solidaria en medio del colapso informativo que vive el país.

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