Lo que el gobierno no hace...¡lo hace el pueblo! aunque familias enteras sufren pérdidas totales(video)
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 29 de septiembre de 2025

En Santiago de Cuba, la tormenta Imelda dejó claro que, cuando el gobierno no actúa, el pueblo se hace cargo. Vecinos del centro histórico, cansados del abandono institucional, tomaron palas, cubos y herramientas improvisadas para destapar tragantes y evitar que el agua anegara sus casas. Lo que debería ser responsabilidad de las autoridades locales, se convirtió en un esfuerzo comunitario de emergencia.
A pesar de los reclamos, las brigadas de Comunales no aparecieron. Mujeres, hombres y jóvenes trabajaron juntos, no por voluntariado, sino por necesidad. Cada lluvia intensa vuelve a poner en evidencia la falta de preparación real de las autoridades y el descuido sistemático del mantenimiento de drenajes y alcantarillas en la ciudad.

La solidaridad que emerge no es un lujo: es la única forma de proteger hogares y calles frente a fenómenos que se repiten año tras año.
Casas destruidas, pérdidas totales para decenas de familias y lo peor...¡sin esperanza alguna de una ayuda por parte de la dictadura!
La situación se extiende más allá del centro urbano. En el municipio de Guamá, el puente de Cañizo quedó seriamente dañado, con su base de hormigón al descubierto, poniendo en riesgo la circulación local.
Mientras tanto, el embalse Charco Mono, afectado por la sequía, logró recuperarse parcialmente gracias a las lluvias, alcanzando un 55 % de su capacidad, pero esto no sustituye la ausencia de planificación estatal para emergencias hídricas.
En Guantánamo, las lluvias provocaron el colapso del puente provisional en Imías y dejaron incomunicadas a comunidades enteras. Cinco personas debieron ser rescatadas tras el desbordamiento del río Sígua. Sin embargo, la tragedia más dolorosa ocurrió en Santiago de Cuba, donde un deslizamiento de tierra derrumbó una vivienda y cobró la vida de Luis Mario Pérez Coiterio de 60 años.
El episodio refleja una realidad dolorosa: la acción ciudadana se ha convertido en un reemplazo necesario ante la inacción del gobierno. Mientras el Estado apenas aparece para justificar su falta de respuesta o posar frente a las cámaras, la población se organiza, limpia, repara y protege lo que le corresponde, porque nadie más lo hará por ellos.
Santiago de Cuba demuestra que la fuerza de la comunidad puede enfrentar inundaciones, derrumbes y abandono, pero también evidencia que la falta de infraestructura y planificación sigue cobrando vidas y poniendo en riesgo a cientos de familias. La tormenta Imelda no solo dejó agua: dejó al descubierto un gobierno ausente y un pueblo que no espera a que otros lo salven.
Video de Yosmany Mayeta