La crisis energética cubana sumó otro capítulo oscuro tras la salida repentina de servicio de dos bloques de la Central Termoeléctrica "Antonio Maceo", Renté, en Santiago de Cuba. En plena jornada de fuertes lluvias que azotan el oriente del país, las unidades 3 y 5 dejaron de generar electricidad, agravando una situación ya insostenible para miles de familias sometidas a apagones diarios.

Según informó la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), la Unidad 3 salió de línea a las 16:07 horas debido a un problema de bajo vacío. Apenas siete minutos después, a las 16:14, la Unidad 5 también quedó fuera de servicio, aunque las causas de esta segunda avería aún no han sido identificadas oficialmente.

No se precisó cuándo podrían reincorporarse ambas unidades al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) ni el volumen exacto de generación perdido, pero se estima que el déficit en horas pico supera los 1,700 megawatts.

La avería coincidió con un panorama caótico en Santiago y provincias vecinas, donde las lluvias intensas provocaron crecidas de ríos, inundaciones y derrumbes de viviendas. En medio de este escenario, los apagones prolongados añaden una carga extra a la vida cotidiana de los cubanos, que ven cómo la inestabilidad del SEN se convierte en rutina.

La Termoeléctrica Renté arrastra un historial de fallas recurrentes. Hace solo unos días, la unidad 3 ya había salido de servicio tras ser sincronizada por pocas horas, reflejando la fragilidad de un sistema que funciona al borde del colapso.

La promesa del gobernante Miguel Díaz-Canel de alcanzar una “estabilidad sostenida” en la planta se diluye ante los hechos: mantenimientos inefectivos, averías encadenadas y una población cansada de escuchar anuncios sin resultados.

Mientras tanto, otras termoeléctricas clave como Felton, Mariel y Santa Cruz enfrentan situaciones similares por obsolescencia, falta de mantenimiento y escasez de combustible. En este contexto, la salida de dos bloques de Renté no es un incidente aislado, sino parte de una crisis estructural que mantiene a Cuba en penumbras.

La UNE aseguró que mantendrá informada a la población por sus canales oficiales. Sin embargo, entre la tormenta, los apagones y las promesas rotas, los cubanos se preguntan cuánto más deberán resistir antes de ver una verdadera solución a la crisis eléctrica.

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