El Paquete Semanal, un variado producto de formato digital con música, audiovisuales y otros contenidos generalmente actualizados, pasará a costar 70 pesos cubanos en La Habana, al tiempo que sus consumidores lidian con la censura gubernamental.

Surgido desde hace varios años, el llamado “paquete” tenía un precio de 25 pesos en los espacios privados donde se distribuía. Sin embargo, la inflación que vive la isla a partir del “ordenamiento económico” impulsado por el régimen, ha provocado que el popular producto experimente también un alza junto a alimentos, medicamentos y artículos de primera necesidad.

“Debido a los cambios económicos” hay un “ajuste de precios del paquete semanal a partir del lunes: 70 CUP”, dice un anuncio incluido por sus distribuidores en la selección de esta semana. En barrios como Centro Habana, incluso llega a los 100 el costo.

A tal precio podía sumarse la mensajería en caso de que el cliente prefiriera recibirlo en su domicilio, advierte un reporte de la publicación independiente cubana 14yMedio, que cita quejas de los consumidores respecto de la calidad en los materiales reunidos en el paquete.

“Muchos documentales tienen mal puestos los subtítulos, las copias de las películas son malas y para colmo cada vez ponen menos cosas que tengan que ver con la historia y la política”, lamenta un vecino del habanero municipio del Cotorro.

“Es la enorme diferencia entre lo que se recibía en un principio a la chapucería actual. Hasta hace poco tenían al menos los noticieros de muchos canales de Florida, pero los quitaron”, aseguró sobre el producto, que llegó a convertirse en una alternativa frente a la televisión y medios oficialistas cubanos.

Entre sus carpetas, copiadas a través de dispositivos USB, los usuarios podían hallar películas, videojuegos o series televisivas que permitían disfrutar de propuestas distintas cada semana, aunque pronto las instituciones culturales del país comenzaron a satanizar y tildar de frívolos los materiales introducidos en él e incluso lanzaron la “mochila” como una respuesta de tinte chovinista y aleccionador.  

Un mensajero declaró al referido medio que el precio anterior era insostenible, debido además a afectaciones en medio de la pandemia. El producto genera ingresos también por promocionar negocios privados como restaurantes y estudios fotográficos, sin embargo, con el cierre de estos, sus propietarios decidieron retirar sus anuncios pagados.

Otra situación que atenta contra el producto es la irrupción de internet en el país. “Desde que llegó el acceso a internet a los móviles en diciembre de 2018 cada vez más la gente consume directamente materiales desde internet. Ven programas a través de Facebook, hacen un montón de trucos para bajar el peso en megabytes y hasta hay cada vez más familias que les pagan desde Miami la suscripción en Netflix”, explica el mensajero. 

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