La Tarea Ordenamiento afecta a todas las esferas de la sociedad, incluso al entretenimiento. El Paquete Semanal ha sido por una década el escape de la familia cubana al adoctrinamiento de la televisión nacional. En este momento de “reorganización” económica muchas familias deberán elegir entre el divertimento o la supervivencia. 

Como mismo subió la electricidad y el costo de la vida, el Paquete debió reajustar su precio para sobrevivir al ordenamiento. Antiguamente los usuarios pagaban 25 CUP por la recarga semanal de audiovisuales, ahora el costo se duplicó.

Para poder circular por el territorio nacional el producto debe pasar la censura y el control de precios. Siempre al filo de ser declarado ilegal, por ende el Paquete debe adaptarse a las exigencias del régimen.

 Hace algunos años era fácil encontrar música subversiva o programas expresamente contrarios a la “moral socialista”, pero en la actualidad tales materiales pondría en riesgo los puntos de distribución.

Para el cubano de a pie, que no pueda acceder al servicio del paquete, solo le queda irse con la competencia desleal del Estado. Para los que deseen contenido de selección pero lamentablemente politizado, el régimen habilitó Picta (plataforma audiovisual oficialista).

En Picta, una especie de Netflix comunista, los usuarios pueden acceder a documentales y películas de factura nacional. Este servicio se encuentra en la intranet. La navegación interna tiene un precio de 0,10 centavos la hora, lo que es accesible para el pueblo. 

Este tipo de iniciativas, aunque de mala calidad, busca desestimular la compra del Paquete y promueve una programación más “políticamente correcta”, según los gustos de los censores. 

El ordenamiento económico podría generar graves pérdidas a los comercializadores del Paquete, aunque los clientes, hasta este momento, mantienen la fidelidad al servicio.

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