En el municipio habanero de Playa, cerca del ya muy conocido supermercado en dólares y otras divisas de 3ra y 70, se ha inaugurado un centro comercial que ha generado opiniones divididas: Marealta Boulevard. A través del lente de la influencer Calis, del canal de YouTube Calislandia podemos ver dicho centro, donde los clientes pueden encontrar sandalias, tacones, ropa elegante, zapatos de las marcas Piccadilly y Lolis, así como carteras y maletas costosas, fuera del bolsillo del ¿90 % ? de la población cubana.
Estas tiendas ofrecen productos exclusivos de marcas internacionales como Reebok, Adidas, Giorgio y perfumes como el Ángel de Mugler. Los pagos son en divisas con tarjetas internacionales y nacionales en MLC.
Durante su recorrido, la creadora de contenido fue advertida de que no se permitía grabar en el interior de las tiendas, lo que despertó el interés y la curiosidad de sus seguidores. En los comentarios de su video, una persona destacó: "No considero que Marealta Boulevard sea para los ricos. El hecho de que el cubano promedio esté empobrecido no significa que esta sea una tienda para gente adinerada".
Este tipo de opiniones refuerzan el debate sobre el impacto social de estos comercios en un país donde los ingresos en pesos cubanos son insuficientes para comer para la mayoría de los trabajadores y jubilados.
Entre las opciones disponibles en la selecta tienda, destaca una perfumería que reúne fragancias de renombradas marcas internacionales. Además, se anunció la apertura futura de una tienda dedicada a Giorgio, consolidando aún más la oferta de productos de alta gama. Estas tiendas se presentan como un contraste con la realidad económica que enfrenta el cubano promedio, evidenciando la creciente desigualdad en el acceso a bienes de consumo.
La apertura de establecimientos exclusivos como Marealta Boulevard en La Habana se inscribe en una tendencia que ha generado controversia en Cuba durante años. Este fenómeno, que incluye tiendas orientadas a las élites económicas, se ha visto alimentado por políticas de dolarización y la apertura del mercado a bienes de lujo desde al menos 2017, cuando debutaron espacios como el ubicado en el Hotel Manzana de Gómez.
Recientemente, la inauguración del supermercado en dólares de 3ra y 70 en La Habana marcó otro punto crítico en esta dinámica, evidenciando una creciente segmentación económica. El establecimiento, al igual que Marealta Boulevard, ha sido calificado como inaccesible para la mayoría de los cubanos.
Las regulaciones sobre divisas implementadas en diciembre de 2024 consolidaron la desigualdad social. Estas medidas, combinadas con la dolarización de sectores clave, permiten la proliferación de negocios dirigidos solo a los ricos en Cuba: las grandes esferas del poder, los que reciben una fuerte ayuda desde el extranjero, los negociantes.
Marealta Boulevard simboliza este contraste. Es un lugar que exhibe opulencia y productos de alta gama en medio de una realidad económica marcada por limitaciones y escasez generalizada.
Y por supuesto que estos centros no pueden agradar a la mayoría; por el contrario, provocan indignación y malestar entre la población cubana. Muchos critican que estas tiendas sean inaccesibles para la mayoría. En Cuba, el gobierno solo aumenta la brecha social y económica entre pobres y ricos.
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