La recién inaugurada tienda Mercedes Benz en La Habana celebró su primera venta y, contra todo pronóstico, el auto no fue alemán. Fue un DFSK chino, porque, al parecer, el glamour germano se quedó esperando por alguien con más bolsillo.
“Hoy hacemos historia juntos”, proclamó con entusiasmo MCV Comercial S.A., representante de Mercedes Benz en Cuba.
Sin embargo, lo que parecía el comienzo de un desfile de lujo sobre ruedas resultó más bien un guiño a la austeridad cubana. El primer comprador de la tienda, en lugar de elegir uno de los codiciados modelos alemanes, optó por un económico vehículo chino que, dicho sea de paso, tiene menos caballos que una carreta bien equipada en Sancti Spíritus.
El nuevo propietario del DFSK no dudó en compartir su experiencia: “El proceso fue espectacular. Llegué a las nueve menos cuarto y a las diez ya tenía todo listo”. Y es que si algo caracteriza al mercado automotriz cubano es su rapidez... cuando el auto es chino. Si hubiera sido un Mercedes, probablemente seguirían tramitando los papeles hasta el próximo Congreso del Partido.
¿Mercedes Benz o Mercedes... ¿qué?
Aunque el catálogo de la tienda incluye modelos de la prestigiosa marca alemana, cuyos precios comienzan en 50,000 dólares, el auto vendido era de DFSK, una marca china que produce vehículos bajo el lema "cumple la tarea, pero no pidas más". La elección fue sencilla, la mano en el bolsillo y compro con lo que tengo
¿Lujo o realidad cubana?
La apertura de la tienda llega como parte de las nuevas leyes para modernizar el parque automotor de la isla, aunque lo único realmente moderno parece ser el optimismo del vendedor. Las reformas han permitido que los cubanos, siempre ingeniosos, puedan soñar con un Mercedes mientras terminan comprando lo que alcanza.
La llegada de Mercedes Benz a Cuba promete emociones fuertes, aunque, por ahora, los verdaderos ganadores son las marcas chinas.
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