El cubano Pedro
Luis Careaga Hernández se fue de Cuba el 20 de mayo de 2014 y se convirtió en refugiado político. Tras estar poco más de un año en Estados Unidos, empezó a viajar con frecuencia a suelo natal por problemas familiares.
Pero, a partir del 29 de julio no pudo regresar más a EE.UU., pues las autoridades cubanas lo “acusaron” de contrabando.
En la actualidad, el ex preso político relata su historia y habla sobre las ciento treinta y tres veces que ha entrado al país desde que vive en EE.UU.
“Cuando yo me fui pensé que no podía venir más. Me metí un año y pico sin venir, pero mi mamá enfermó de diabetes. En cuanto tuve la oportunidad de regresar, lo hice.
Yo venía hoy por la mañana y me iba al día siguiente, solo por verla”, dijo
Careaga Hernández, integrante de la organización Cuba Independiente y
Democrática (CID), a Cubanet Noticias.
“En esa primera etapa siempre me revisaban el equipaje y me citaban para la unidad la gente de la Seguridad. Hasta que me sacaron el pie”, agregó el ex preso político.
“Mi mamá falleció en el 2016”, argumentó, al tiempo que añadió que ahí no terminaron sus penurias, pues luego llegó otro episodio a la tragedia familiar.
“Mi niño lo tengo yo porque la madre lo abandonó. Era yo el que lo tenía que cuidar, aunque me amenazaran con quitarme la salida a los Estados Unidos por cinco años”, relató.
De ahí que el pasado 29 de julio intentó regresar a Estados Unidos, pero le dijeron que no podría salir porque estaba “regulado”, nombre que usa el gobierno de la Isla para nominar a las personas que no pueden salir del país por motivos políticos.
“Me mandaron a inmigración de mi provincia y cuando llegué allí me dijeron lo mismo”, añadió.
Pero en inmigración nacional donde Careaga Hernández fue donde supo los motivos reales de la regulación.
“Estoy bajo un proceso investigativo que se pudiera demorar hasta un año (…) y no me dan ningún papel, dicen ellos que me llaman cuando la investigación haya concluido, pero me han dicho que el expediente no existe o que la instructora lo mandó a archivar o que lo llevaron para fiscalía”, denuncia.
“Hasta el momento, el hombre el hombre no ha tenido acceso a la acusación ni a ningún documento que afirme que realmente está siendo investigado”, explicó Cubanet Noticias.
“Estuve preso cinco días en 62 y 7 ma, municipio de Playa. Me atendieron el último día porque empecé a tocar candado. Esa tarde me entrevistaron para preguntarme si yo conocía a una fulana y a un fulano que no conocía. Yo había ido solo porque me dijeron que mi caso estaba en Playa”, argumentó.
“Si esto fuera un país normal hubiese ido a un abogado que me represente como debiera decir la ley, tendrían que soltarme obligado, pero eso no existe aquí”, lamenta.