Gladis Pérez Molina es una cubana a la que se le presentó el parto en medio de la selva del Darién y, tras seis horas de camino entre Caná y Metetí, Panamá, comenzó a sentir los primeros dolores.
"La madre gritaba y su angustia se nos contagió a todos", dijo al portal DIARIO DE CUBA José Lino Asencio López, uno de los 53 presos políticos liberados en 2015 como parte de las negociaciones entre los gobiernos de Barak Obama y Raúl Castro.
"A hombros la cargamos durante ocho horas más hasta Metetí. Solicitamos una ambulancia, pero llegó 10 horas después, cuando la mamá ya había parido con la ayuda de una enfermera cubana", agregó Asencio López.
Gladis Pérez Molina, su esposo y otros cientos de emigrantes antillanos hicieron una peligrosa travesía pese a que habían escuchado muchas historias sobre el tapón del Darién.
“Todos sabían que les podrían estar esperando la muerte, bandas criminales, hambre, fieras, ríos caudalosos y el duro trato del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (SENAFRONT)”, agregó DDC.
"Lo más duro fueron las noches; no dormíamos porque los animales merodeaban los campamentos", recuerdan algunos entrevistados, al tiempo que otros prefirieron recordar el nacimiento que presenciaron en medio de difíciles condiciones.