Juan Carlos Peña Martínez es el nombre con el que se identifica en las redes sociales un internauta cubano que acudió al ciberespacio a compartir una denuncia.
En medio de la fuerte escasez de alimentos que se vive en la isla, y aclarando que él no es de hacer este tipo de publicaciones en las plataformas digitales, este usuario contó lo que recientemente vivió en la isla.
Todo sucedió, asegura, en la tienda TRD Maravilla del Cerro, hasta donde llegó con la intención de conseguir comida, específicamente pollo, pues tenía entendido que allí venderían.
Pero para su sorpresa, la situación estuvo muy alejada de lo que él tenía pensado.
‘Disgusto en TRD Maravilla del Cerro’ fue el título que le puso Peña Martínez a esta denuncia que Cubita NOW reproduce, de manera íntegra, a continuación:
Hoy me decido a escribir en Facebook, cosa que casi nunca hago, por haberme sentido maltratado mientras hacía la cola para comprar pollo en la TRD El Maravilla del municipio Cerro.
Desde las 05:10 hrs llegué con mi esposa al lugar (la tienda) donde hicimos los números 3 y 4 en la cola respectivamente. Como se aprecia en la secuencia de fotos era de noche había pocas personas y después mientras amanecía se fue incrementando la cantidad de personas.
El tiempo estaba lluvioso, a intervalos nos refugiábamos en el portal de la tienda, cuando escapaba salíamos al parque y así sucesivamente.
El día anterior (Sábado 20/02) había entrado pollo y según deseas de testigos que hicieron su cola ese sábado 20/02 no pudieron comprar porque la tienda cerró y dicho producto había entrado y por la tarde así como la venta del mismo comenzó mucho después del mediodía, esa razón impulsó a muchas personas a ir nuevamente a la tienda el domingo 21/02.
Los empleados fueron arribando al establecimiento escalonadamente mientras la multitud, incluyéndome yo, esperábamos ansiosamente y exhaustos la apertura de la unidad.
Pasaron las 09:00 hrs, las 09:30 hrs y todos los clientes estábamos desesperados por comprar nuestro pollo, más la tienda continuaba cerrada.
De repente una señora exclamó: !!me voy echando aquí no hay ningún pollo!!! esa frase la espetó, según ella, porque hacía un instante había escuchado a una empleada decir: no sé qué hacen ellos ahí si aquí no hay pollo.
No sé por qué vía, si fue una llamada, una queja o le correspondía ese deber, se personó en la entidad un funcionario del gobierno municipal del Cerro cuyo nombre, según pude apreciar en el identificador que colgaba de su cuello, es Humberto Vicente, no alcancé ver bien el segundo apellido (creo que era Bello???) ni el número de identidad.
Este funcionario, después de haber salido de la tienda, casi a las 10:00 hrs, se reunió en el parqueo con la multitud compuesta por decenas de personas que desde horas tempranas esperábamos la apertura ( que debía haber sido una hora antes) para informarnos acerca de la ausencia de pollo en dicha unidad, en buena forma y utilizando los canales adecuados de comunicación nos dijo que había revisado los almacenes y que no vio ningún pollo, a lo que la multitud indignada le reprochó: eso es mentira, ayer había y dejaron de venderlo por la aproximación a la hora del cierre de la unidad, cerca de las 17:00 hrs según escuché.
El señor Humberto nos alegó, según le dijo el o la trabajadora de la unidad que lo atendió, que el pollo entró temprano y por eso se acabó, a lo que los clientes, aún más disgustados, le repitieron que eso no era verdad ya que la venta del pollo comenzó por la tarde y hubo personas a quienes se les había recogido o escaneado el carné de identidad.
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